domingo, 22 de diciembre de 2013

Concebida

Autor: Maritza Gómez Cruz.

Fundiéronse las estirpes centenarias

de rancios abolengos y sones de guitarra

allá; allende los mares.

En las tierras de los nibelungos ,

las flores y los valles han mutado

se convirtieron en espejos de colores,

y las plumas,

en gemidos y en espanto se trocaron.



Amasaron tu piel tantas historias,

y tantos sentimientos huérfanos;

y la mirra, y el oro, y el incienso

fueron tus compañeros...

En tus venas de hombre, de guerrero,

ruge la sangre de cien titanes,

tiene tu mirada de ébano o zafiro

el estigma de los cruzados.

Es tu cuerpo de cristal,

la roca donde anida por siempre

un mundo de desesperanzas

y de amor,

de sentimientos en tumulto,

heridas y desgarraduras

que confunden, a veces, 


 la nobleza de la frente...



Tu tristeza es la mía, te conozco.

Concebido en mi memoria, ha tiempo,

reposan los recuerdos milenarios

de tu pasado reciente;... es tu


 estirpe de guerreros que continúa…

siempre…

Espera

Autor: Maritza Gómez Cruz.

En la medianía que suponen

tu amor de cuarto menguante,

tus minutos sin concierto,

las esferas de tus relojes en sintonía

el tiempo y la angustia,

las mediastintas del ser y no ser,

la esclavitud de un pasado

que se ensaña, no sólo contigo,

que me arrastra y me cerca

que entorpece toda razón

todo argumento

toda idea pasada por agua,

todo propósito,

toda sensación

de norte sin sur, sin fronteras

he querido permanecer, amor,

a la espera

de algún suspiro,

un arpegio, un deslave,

la magia o el milagro,

que se lleven al sapo,

y en su lugar queden queden

tu amor y tus caricias,

oh, príncipe de ébano:

quédate con tu humanidad,

y déjame la fugacidad de tus desvaríos!

sábado, 21 de diciembre de 2013

ESTAMPA



AUTOR: MARITZA GOMEZ CRUZ



Pecado no es envolverse en la espuma,

ni guiñarle los ojos a las estrellas,

o endulzar un mirlo con tu aliento de uvas;

no es sacudirle el polvo a la nieve de enero ,

o mendigar sonrisas a la luna menguante,

ni escaparse con niños en sus noches de fiesta .

Pecado no es caminar por los campos,

desnudos de cuidado, amantes en la hierba,

o perpetuar historias contadas por abuelos,

ni gritar, ni llorar, ni silenciar al hastío.

Pecado no es emborronar la aurora

con un tinte de insomnio y de parranda,

o amar al marginado que todos reprueban;

ni decir lo que piensas, sin pesar, sin angustia,

mansos, como corderos, y listos como sierpes.

Pecado es, sin embargo, la cuchillada

que no deja rastro, que no atañe a la sangre,

el puñal de saliva, ponzoña, gangrena;

o los ojos que esconden las miserias, las trampas,

las mentiras, los cuentos para engañar a tontos

en las noches de brujas,

tras las gafas de Armani, de Ray Ban

o de Estiércol.

Pecado es la intriga , que surte su efecto

cuando el Sol aparece,

Pecado es la boca, que dice te quiero,

y escupe cada letra a los pies de cualquiera,

cada centavo robado a un niño, pobre

o rico: lo que cuenta es la inocencia,

pecado es no querer a las piedras, los lirios,

los bancos y los perros,

pecado es el silencio de las voces ,

pecado es la venganza de los ojos sin

brillo,

pecado es el vivir muriendo cada día.

Pecado es no AMAR,

y fingir que se ama,

y decir que se ama...

lunes, 16 de diciembre de 2013

CONFESIONES A PRIORI



AUTOR: MARITZA GOMEZ DE LA CRUZ



Ya estuve orquestando confusiones

en ese pasado reciente,

situada en los estertores de

ilusiones y desvaríos,

de rutinas...,

del tartamudear a oscuras

de las ideas en desuso,

por falta de espacio

para la esperanza,


esparcida algarabía

de algodones hambrientos,

de alegrías y de sueños

tergiversados y dolientes,

de aquellos que no encuentran cuna

y se acuestan a meditar sus penas,

en un banco de monolíticas tradiciones,

irracionales, como su sino de décadas,

amamantados por hojas de tabaco

que escuecen,

que inspiran,

que traman,

que adormecen

las quimeras y sus revoluciones.

naciendo del seno virginal de mi madre,

cada día parida de sus ilusiones ,

de su enmienda para preservar

los hechos,

de sus resolución a oscuras, y de sus

carismas,

de su nostalgia, adaptada,

adoptada,

de su amanecer , y

de su amor sin límites...

VINO AÑEJO



AUTOR: MARITZA GOMEZ CRUZ





Las fisuras de la memoria

se ensañan, golpean,

reptan, escalan, trasnochan,

desuellan los rescoldos

que fluctúan en sus

recuerdos sin norte.

En cada una de las arrugas

de los minutos y su vértigo,

hay un tinte de juventud,


un parapeto que lo resguarda

por alguna vivencia en curso,

de pasados, de antiguedad,

frescos en la cordura de

asuntos sin importancia,

lágrimas que le asaltan,a ratos,


 que corren por sus mejillas

lágrimas del tamaño de lagunas,

de colosos, de mares, de desiertos,

lágrimas que pueblan su cabeza,


con fragor inmisericorde, cabezas

que escasean de cabellos,

y de neuronas en forma,

válidas para el recuento,

un "si es no" redimido

por experiencias de lustros,


de centurias, o de minutos...

que no podrán ser hurtadas,

y brotan, un trozo aquí,

un tramo allá,

en los entresijos de la

plateada desmemoria:

el fragor lleno de lumbre

en aquellos ojosde moro,


 bellos, refulgentes,

anunciantes sin paga

del deseo, de la pasión

fulgurantes, voraces,

que se niegan a

languidecer, a desaparecer,

a pesar de las fisuras de

su memoria escaldada,

y aún le encienden, cual fuego,

la luz que agoniza en segundos

de desconcierto, de juventud imposible,

entre mucha hojarasca de ilusiones en ocaso.
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sábado, 14 de diciembre de 2013

Estación noviembre

AUTOR: MARITZA GOMEZ CRUZ.

Al borde de las dudas
... lo detuvo la voz.
Era un tiempo sombrío,
quizás mañana, tal vez noche:
el corazón no puede diferenciar
entre un silencio y otro,
entre la hosquedad y el rencor
entre el vacío y la nada.

Vagaba, entre lamentos de
órgano joven, de niño
contrariado,
a la espera de un milagro,
sofocado y hambriento,
casi deshecho, en un mar
de desilusiones, aborto
necesario de los hechos...

Un mar  de escombros, de furia
sin nombre, de escaños amañados,
repletos de agravios, de confusiones,
en las ruinas de lo que fuera
su ego, como cuchillo que corta,
como hacha que taladra,
o lanza que atraviesa el costado:
un hueco sin pasado ni presente.

Y allí, justo al borde del desastre,
lo detuvo su voz
le atenazó las moléculas,
una a una,
en las  simientes de la ternura
-Te amo... -susurró
y el lamento que corría garganta abajo,
 se fragmentó en polícromas sensaciones...

incluso los celos de centurias
se alejaron, caducaron, acabaron
entre sus brazos dormidos,
entre  sus besos de seda,
en el ébano de sus pápados,
el mar infinito de su mirada
y el aliento de almendras de su entrega.

Sola



Autor: Maritza Gómez Cruz.

Me he quedado sin espacio,
en la tierra,
en el mar,
y en el aire.
Busco denodada sitio
para este ser y no ser,
que se debate entre brumas
controversiales, sin encontrar espacio.
rodeada de fantasmas,
prisionera de la química,
ahuyentada, a palos,
de las memorias, de los quereres,
del meollo de unos recuerdos
que son recurso y amnistía
a destiempo,
sola como el campanario,
el que resuena sin descanso
en mi corazón que arde,
se desboca, y se hunde
Sola... 

Soledad



Autor: Maritza Gómez Cruz.

De qué color es el silencio?
qué forma tiene el
ente ilusorio, el sujeto informe?
Su patrocinio de arena,
su agonía sin voces,
 aparecen de pronto.
Por qué duele tanto
su esencia sin formas?
Secreto...secreto!!
Cabalgando va sobre Némesis
exento de recuerdos,
libre de emociones,
dejando caer, en el centro
de sus conquistas,
los sueños de todos
 los solitarios
que ahora yacen,
perdidos,
entre sus incongruencias.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Juego Amoroso


Autor: Maritza Gómez Cruz.

 El hombre                                                                                                                      

acerca su boca

que sabe de rabias

de palabras y estremecimientos.

Recorre el camino inescrutado

hasta entonces,

siembra  un sinfín de agujas

en la carne de rosa y almizcle,

deposita en los poros

el soplo de su avaricia,
de su pasión,

de su ardores ocultos,

teje una muralla

de sensaciones

alrededor de la cintura

excitada,

y se atreve con las montañas,

y con los llanos

que se afianzan cuesta abajo

esperando a su vez

la llama  que avanza

enloquecedora,

que convoca a las tormentas

a su furia, a su fuerza

y desatan, de golpe,

las más disímiles

sensaciones.



La mujer

recibe sus besos

que saben al  remedio

del amor que engendra;

desbroza los caminos, abre

las veredas y atajos,

y con cada aguja que se clava

en sus nervios

teje experiencias que la trasponen,

la catapultan hacia lo alto,

mientra sus caderas

se agitan,

 al son de una samba

ecuestre,

y sus montañas y llanos

resplandecen con el rocío

que va cubriendo

la senda hollada,

y todo el poder se desata

en el Olimpo que construyeran,

y el mundo se desploma

a la par que su vientre
STATUS QUO

AUTOR: MARITZA GÓMEZ CRUZ


Cada día alojo en el olvido
mis imprescindibles
 desastres,
las miradas
que no quería perpetuar,
las voces , los sonidos
 y las sonrisas
que pretendía desterrar;
todo lo que desprecio
y hago,
con plena inconsciencia
de la voluntad.
 Condeno las reflexiones,
le retuerzo el cuello
 al orgullo,
amordazo la lengua
y macero los momentos,
 de dolor, de cólera,
míos a la fuerza,
tal y como si se hubiesen
grabado a hierro,
candente, como
en el lomo de las bestias.
Y cada día regresan
con su carga
de desconsuelo,
me ensordecen,
me enmudecen,
y llenan de lágrimas,
de alabastro
la voluntad despedazada,
me saturan de vacío,
de ambiguedad,
 de desierto,
buscan, afanosas,
el resquicio sin resguardo de mi piel
para taladrarlo y poseerlo.
Así, cada vez comienza
una batalla nueva,
cada vez;
en ellas
 no hay vencidos,
ni vencedores, 
 cualquier día de estos
ellos o yo, o ambos
terminaremos aniquilados.
sin posteridad,
 sin gloria,
sin eternidad
sin fin ni principio.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Las horas

Autor: Maritza Gómez Cruz

Las horas son ríos de incienso
que corren, raudas,
hacia el laberinto del futuro,
se pierden, en la lontananza
de lo impredecible,
se muestran sañudas
con el eterno entonces,
y vacían de sentido
las vivencias,
los encuentros,
los planes
El tiempo, las horas:
adónde corremos?
cuál es la meta, perseguida
con ahínco?
Los minutos vuelan,
las horas se escurren
y en breve segundos,
somos polvo y paja.
Adónde corremos?
si cada minuto,
si cada segundo
está calculado,
previsto, estudiado,
por el destino registrado?
Adónde corremos?
si de todos modos
llegará la nada.

martes, 26 de noviembre de 2013

Mis dos mitades

Acúsome
de haber nacido irredenta
en las postrimerías de una era
de rebeldes,
con causa, o sin ella,
que no salvaguardaron
mi honra,
y me sometieron a escarnio
porque así lo exigía
su apostolado.

Acúsome
de haber crecido en la confusión,
errabunda, tropezando,
en un mundo siniestro,
exactamente dividida
entre sabiduría y prejuicio,
sopesando, en desconocimiento,
adivinando
secretos que no existen más.

Acúsome
de haberme tornado adulta,
debí preferir la infancia sin retorno,
sus partículas de inocencia soterrada.
Por mi error,
he purgado en cada telón de fondo,
he agonizado,
sin merecimientos, sin gloria.

Acúsome
de permanecer esperando
lo que no tendrá lugar:
un medio siglo de absurdos
me mantienen impertérrita,
soliviantada, anhelante...
en las postrimerías de una era
sin rebeldes, viviendo la epopeya
de pesadillas de mis dos mitades.


Entrega

No podré regalarte belleza,
se fue, desapareció
en un instante de descuido.

Ni juventud, se escabulló,
se perdió, se enmascaró
entre pañales y planes de futuro.

Ni siquiera podré ofrecerte sueños
ellos, como toda quimera,
se esfumaron, se convirtieron...

Sin embargo,podré ofrecerte
 una roca compartida, llena de aristas,
 sólida, firme, cortante.

Podré entregarte un trozo de esperanza,
no toda: alguna se quedó en los intersticios
 y desgarraduras necesarias.

Quizáspueda ofrecerte una sonrisa:
no siempre...muchas se truncaron
 sin nacer; aún puede suceder...

Te ofreceré, sin reparos,sin reservas,
 sin peros ni limitaciones,
mi esencia pecadora...

que puede escuchar, abrazar,
sostener, mortificar o herir;
pero es entrega, a pesar de todo,

es humana, con sus incongruencias,
sus dislates e impaciencias, una esencia
 que puede, de ser necesario, perderlo todo por ti

Dispersión

La brisa pernocta en las cumbres,
en el pico nevado,
el más alto.
Se mueve, resuelta, y sus miembros
retumban en las espumas plateadas,
aullándole a la Luna,
un cántico desgarrador, doliente.
La brisa se esparce de bruces,
milita, en secreto,
en las filas del alba.

Retoza, al amanecer,
con trozos de nubes y estrellas,
se baña en sus aguas,
permanece expectante,
silente,
el corazón agitado de rugidos sordos,
que consternan a los astros
y silencian los mundos.

La brisa se levanta
cuando los días son cálidos
el cielo parece zafiro
y los valles abren sus costuras
a la furia de los vientos,
arroja peñones
a la oscuridad, a las tinieblas
del olvido,
y se lleva a horcajadas
los llantos necesarios.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Hipocondría

Para Ricardo estar enfermo era parte del encanto añadido a una vida insípida, escasa en alegrías. Podría decirse que era un hombre bastante afortunado, puesto que en tiempos de barbarie había nacido en una familia bastante funcional, que aún creía en los valores de la unidad y la concordia, amén de que disfrutaban de una posición de clase media alta, lo cual significaba que no había carecido ni de alimentos, ni de ninguna de las otras cosas necesarias para la existencia, y que suelen ser los detonantes de más de más un trauma. Pero él era así. Desde pequeño gustaba de la conmiseración, solía ver aparecer cualquier febrícola con entusiasmo, las paperas, el sarmpión, la varicela, ahí mismo ponía cara de mártir de galería y se sentaba, quietecito, a esperar los calditos, los mimos, los cariñitos y los buenos deseos, sin hacer el mínimo esfuerzo por recuperarse, dilatando todo lo que podía el sopor mariconeril en que se sumía.Ninguna otra cosa lo incentivaba, ni los deportes, ni las salidas con chicos de su edad, las noviecitas...De hecho, cuando le compraron su primera computadora lo primero que hizo fue aprender el uso de Google para poder investigar los sintomas de cada una de las enfermedades que le habría gustado padecer. De ese modo se enfermó, imaginariamente, de cuanto Dios creó, tuvo SIDA, cáncer, lupus,glaucoma, pancreatitis, neumonía...Lo gracioso del caso es que el chico tenía una salud de hierro, y como comía saludablemente y tenía muy buen apetito, jamás enfermaba realmente. Cuando se percató de que este sistema alimentario era  las causa fundamental que le hacia permanecer sano, muy a su pesar, dejó de comer; sin embargo, aunque adelgazó escandalosamente, no enfermó, sino que se apergaminó, comenzó a tener una especie de salud vitalicia que se reía de sus esfuerzos por enfermar y lo mantenía como a una vieja momia en su museo. Finalmente, su familia lo internó en un hospital para dementes, por donde anduvo, como alma en pena, a la espera de una enfermedad real que lo postrara para siempre, flotando entre otros loquitos, con otros dolencias tan lamentables como las de él. Fue allí que encontrá a mater llorona, que era una demente que creía haber perdido un hijo de una enfermedad letal, y que se solidarizó con él de tal modo que lo convirtió en su hijo enfermo, y así andaban los dos, la una mimando, dando cariñitos y calditos supuestos, y el otro dejándose consolar, finalmente feliz, con su cara de mártir de galería y una alegría sobrenatural en sus ojos desquiciados.

Trascendencia

No se trasciende de nombre,
de apellidos, o abolengo,
ni en los rincones que,
momentáneamente, ocupas,
no se trasciende en los suspiros,
 ni en las vertientes de sol ,
o en las tardes de humo,
de guindilla y de opio.
No. Ni en los reveses
de cada manuscrito
que macera el futuro
 porque es tu sino,
 ni en rosales y sus espinas,
sembrados al poniente,
o en el visón que roza
tu cuello y lo acaricia,
suavemente, con todo
y su cara procedencia
mientras te azota el aire,
la cara de granate, de gozo,
o de sufrires, quién sabe...
Se trasciende de un modo
único, cada quien a su arbitrio,
al descubrir, en las nimiedades,
las marejadas de lo eterno. 

sábado, 16 de noviembre de 2013

El mandato

Pues bien, ya estaba en el hotel Montecarlo Inn, con todo listo: la habitación, de lujo, ni siquiera sabía como funcionaban la mitad de los artilugios que ella había; la botella de champán, del más caro, contribuyendo con su ambarino reflejo al boato reinante, rodeada de hielo, en medio de las dos copas de esbelto talle; las velas, rojo pasión unas, negras azabache las otras, olorosas, excitantes, derramando su luz sobre la surtida mesa: uvas, fresas, chocolates... El lecho, de ensueño, redondo, mullido, repleto de cobertores y cojines de satín blanco, suaves, embriagantes, cálidos...Ya llega ella,  envuelta en el esplendor de costumbre, vestida con ropas  que se deshacen de sólo mirarlas, bellísima , una Helena de Troya del siglo XXI, puro músculo, abdomen plano, senos marmóreos a fuerza de silicona; una sirena de cola deliciosa, humana, perfecta,  banquete  de  rey; y es suya, toda suya, al menos por esta noche magnífica en que decidió emplear parte de sus ahorros en la experiencia de la que supone es la verdadera vida, la que no conoce de sudores, de lágrimas, de quejas y malas noticias..."quizás me despidan, están haciendo recortes en la empresa";" a Isabelita le está quedando corta la ropa, tenemos que..." " llamó tu madre, va a necesitar un nuevo medicamento para el reuna, costosísimo"...Esta noche, no, fuera preocupaciones, esta es la noche de su vida, su primer y quizás único contacto con ese mundo perfecto, lleno de inimaginables goces. Ahí está ella, asiendo su copa de champán, a la par que le brinda los labios y la fresa, presa en ellos, la besa con furia, con desespero, excitado...Ella, entrenadísima lo hace caer boca arriba en la cama, y luego pone música, una melodía suave, afrodisíaca que le trastorna un poco los sentidos, mientras comienza, con mucha calma, a despojarse de la indumentaria, dejando al descubierto su cuerpo de diosa joven, de gym, esculpido aquí y allá con la silicona de marras. El hombre siente que está a punto de reventar, ah!, bien que valió la pena el dinero gastado, lo está pasando de maravillas. Entonces, a su memoria olfativa arriba un mensaje que no es precisamente el del perfume caro de la chica, mas bien es una mezcla de jabón barato, agua tibia y colonia de timbiriche  que, no sabe por qué jodido motivo, lo llena de una tristeza que le arrasa los ojos en lágrimas y termina con cualquier amago de pasión. Torpemente se levanta, se viste y le paga a la muchacha lo acordado; también le dice que puede quedarse el resto de la noche en el hotel, que ya  estaba liquidado su costo, pero que él se marcha porque le ha surgido un imprevisto. Y se fue, dejando a la joven  con un palmo de narices, hacia la noche oscura, con la esperanza de que aún no hubiese pasado el último bus que iba por la misma ruta que su corazón.

jueves, 14 de noviembre de 2013

La inquilina del 424

Eduviges nació  a principios de los años cincuenta de la última centuria, y enseguida fue  notoria su gran inteligencia. Celebraban a la nena por doquier que pasaba su familia, tan graciosa era que hasta el Alcalde del pueblo solía prodigarle sus mimos y llenarla de regalos caros. Y así creció, cada vez más pagada de su talento. Con los años se fue desarrollando como se esperaba, se destacó en las artes y la literatura, pintaba y escribía con igual destreza, y ya no era novedad escuchar los elogios que sobre ella vertían todos los que la conocían. No era raro que, en saliendo sus libros de las casas editoriales, se agotaran con una prontitud que le rindió muchos dividendos. Podría decirse que el éxito le colaboraba de una manera abrumadora , tanto que comenzó a sentir cierta fastidiosa soberbia que la colocó sólo una rayita más abajo que el propio Dios. Así fue que empezó todo, ni siquiera fue algo estudiado, calculado. Llegó el momento en que se sintió un ser único, en toda la extensión de la palabra, cualquier sentimiento que experimentara iba dotado de una buena dosis de superioridad: Si se trataba de ser caritativos, ella lo era más que cualquiera; si se hablaba de música,  su preferida era la mejor; en cuanto a bailes,¿ quién danzaba mejor que ella cualquiera de los ritmos de moda, e incluso los valses y  cabriolas antiguas? El folclore de su país era, por supuesto, inigualable. Si de casualidad se tocaba la historia como referencia, no permitía, en modo alguno, que ninguna de sus radicales posturas fuera enjuiciada, defendía con todo el calor de su soberbia mal revestida de patriotismo, sus puntos de vista. No era, por así decirlo, una necia cualquiera, era necia, sí, pero con una necedad que confundía y apabullaba. De este tenor devino en la mujer más pulcra, la de moral más fina,la más creativa, la de mayor agilidad mental, la activista más sólida, la mujer perfecta, sin mácula, sin vicios, sin culpas, se convirtió, por definirlo de algún modo, en la humildad hecha carne, una humildad almibarada de tan perfecta, de tan absurda y poco creíble, una humildad que azotaba, más que comprendía, una humildad que restaba, jamás restauraba, una beata que perdió, a fuerza de creer en sus artilugios, en su mundo de mentijirillas y subterfugios, en sus fantasías megalómanas, el sentido de todo. Cuando su último libro no pudo vender ni un solo ejemplar, y su hijo más pequeño le pidió enseñarle ciertos recursos del programa  Excel y no pudo, porque nada sabía  al respecto, todo se desmoronó. El castillo de naipes se vino abajo, se encerró a cal y canto en su hogar, y sólo salía furtivamente, en busca de los alimentos para luego encerrarse de nuevo. Con el último hijo que abandonó la casa, entró en ella la sinrazón total: un montón de gatos y perros le acompañaron en sus últimos años, los mismos que aullaban lastimosamente el día que la policía irrumpió en su hogar mugriento, debido a que algunos vecinos informaron a la institución que, posiblemente "la vieja loca del 424"  había muerto, por el olor que del sitio emanaba, y por los pájaros carroñeros que comenzaban a columpiarse en las ramas del nogal del patio.

sábado, 9 de noviembre de 2013

El arreglo

Enano y retorcido de mente creció Melquíades en las inmediaciones de un barrio indigente, repleto de chinches, suciedad, violencia y motivos de sobra para abandonar cualquier esperanza. De pequeño solía escabullirse al centro de la ciudad para observar las vitrinas repletas de cosas prohíbidas, no con la tristeza y el ansia que suelen provocar su carencia, sino con la rabia que se enseñorea en las mentes mezquinas de los que creen que el mundo se los debe todo y están dispuestos a cobrar, a como dé lugar. Desde muy joven se hizo famoso por la ferocidad de su cara y sus acciones, hasta los peores malandrines del arrabal rehuían cualquier encontronazo con él, pues sabían que con Melquiades los pleitos se acababan sólo cuando uno de los dos estaba al borde de la muerte, o si acaso tenían la suerte de ser interrumpidos por la policía, que no frecuentaba precisamente el lugar. El delincuente salía de la cárcel y entraba a esta, como si de su hogar se tratara, sin que a nadie le importara, ni siquiera a su madre, una exprostituta, que el único favor que le había prestado - si así podía llamársele- , era haberlo echado  al mundo, de cualquier modo, como quien pone un huevo; y mucho menos a su padre,cualquiera sabía quien era el fulano de entre todos los pendencieros que habían compartido el jergón con la fulana. Así había crecido, comiendo cualquier cosa que pudiera robarse, cetrino, de ojos sucios, mirada esquizoide, fuerte, con la fuerza que le habían conferido los múltiples entuertos en que se vio involucrado; pero mezquino, mezquino de alma, mezquino de mente, sin asomo de virtud . Tendría 18 años cuando vio a Gertrudis Cigar-Doquieriz  por primera vez, y para él fue como descubrir el paraíso en medio de llamas pavorosas: la belleza sin igual y el refinamiento de la joven lo enloquecieron a tal punto que supo que sería suya así fuera esta su última y más sórdida batalla en este mundo. En un alumbrón de inteligencia inaúdita supo intuir que lo único que provocaría en la joven sería repulsión. Entonces la espió, día y noche, muriendo poquito a poco de pasión, con la mente más retorcida que nunca. Y cuando descubrió que Gertrudis era en realidad un chico que solía ir de mujer por la vida, fue tanta su impresión que sólo atinó a pensar que aquello no era tan importante, que su amor por ella o él estaba más allá de cualquier "inconveniente biológico",En esa  su vida sin norte, despreciado y/o temido por todos  su amor era lo único importante, mucho más que ese accidente de última hora, una jugarreta, una última conspiración de la naturaleza contra él  Por ahí andan todavía, contándose mentiras que les ayudan a entenderse, a quererse y a seguir adelante.

jueves, 31 de octubre de 2013

Lamentos de la lluvia

Qué grande es mi amor desesperado!
Está hecho de espera, de tristeza,
de insomnio, de incomprensión,
 de voces,
y de silencio.
Mi amor desesperado estremece
todas las barreras, las funde,
las vuelve invisibles.
Él marcha a la cabeza, recibe
el flagelo, la nieve de la censura,
las mordazas, la tiranía, el odio
mal disimulado...
Cuánto desearía, mi amor desesperado,
que fueras emblema, y no realengo,
que fueras  héroe, y no  lacayo,
que fueras la brújula..
Mi amor desesperado resiste
(ha resistido siempre)
reisitirá la sátira de los cuervos
sin ojos,
 las falacias, las falsas promesas
de los mercanchifles del ego.
Mi amor desesperado es más fuerte,
es columna, es bastión, es tormenta,
es lamento que ruge,
que enseña los dientes...

Él vencerá cada batalla.

viernes, 18 de octubre de 2013

La lagarta

La lagarta conduce su auto al interior del parqueo soterrado, sube por el ascensor, se dirige al apartamento 329, lo abre y entra. Luego se quita los zapatos, y en ese mismo instante, comienza la transformación: ya no es oscuro su color, ahora ha adquirido una tonalidad rosa, más a juego con el entorno que la rodea. Respira con fruición, mientras sus pies se hunden, calando, clasificando, disfrutando de la alfombra mullida, blanquísima, fragante. Luego se dirige al dormitorio de ensueño, y el color rosa que había adquirido la piel se intensifica. Ahí todo es vaporoso, chic, de ensueño. La lagarta cambia sus ropas militantes por una bata que la hace suspirar de nuevo, se sienta en el gran butacón y prende la tele que ocupa toda una pared.Los recuerdos pasan por su mente, es un proceso que requiere atención, si quiere depurar toda la información que no encaja con este reino del nuncajamás que es su casa.En la mañana anduvo en un mitin, arengando a la población, tratando de reavivar la llama guerrera de los asistentes con su verbo encendido. La sonrisa de satisfacción que le suaviza el rostro lo dice todo, si pudiera, se besaría a sí misma, de tan orgullosa como está de sus poderes. Posteriormente, la lagarta se tomo par de horas de asueto en el estadio local, donde disfrutó, como una simple mortal, del partidazo. Más tarde se reunió con el grupo de las señoras floridas, que recaudan fondos entre la gente acaudalada para ayudar en su lucha a los hermanos famélicos y afiebrados que quedaron allá, en el feudo particular del tiranosaurio, y que sólo cuentan con la dignidad para enfrentar al terrible reptil,  su camada, y las dentelladas crueles que  le lanzan aa todo el que se les opone.Ahí debió lucirse, lo reconoce, tuvo que sacarle brillo a sus botas militantes, las señoras no son tan tontas después de todo, no sueltan así como así. Sin embargo, ella es superior, siempre termina ganando cualquier batalla verbal que sostiene. Nueva sonrisa del ego. Realmente, si pudiera, se besaría a sí misma, qué lástima que no pueda alcanzarse las mejillas con la boca, un detalle que habría que corregir-piensa con sorna.Por lo pronto se levanta del butacón, se sirve del cognac carísimo que le regalara aquel político del norte a quien ayudara en cierta ocasión, y se dispone a disfrutarlo con toda la calma de que es capaz. El cognac siempre la ayuda a aclarar las ideas, deberá estar muy despejada esta noche cuando se siente a redactar el artículo que mañana aparecerá en todos los  periódicos,  y que versa sobra la vigencia de la demagogia en los regímenes totalitarios. La lagarta se relame de gusto, en tanto se ajusta su casco militante.

jueves, 17 de octubre de 2013

Doctor Corazón

La gente le llamaba doctor Corazón. Había llegado a la pequeña ciudad repleta de balnearios y negocios prósperos, precedido de sus muchos títulos, que ocupaban toda una pared y competían, en número, con las ventanas del edificio donde radicaba su consultorio. Muy pronto todas las señoras adineradas del lugar fueron sus visitantes más asiduas, hartas como estaban de gastarse el dinero en botox, silicona y ropas de marca, sin que por ello sus maridos les hicieran el más mínimo caso, ocupados como andaban en engrosar sus cuentas bancarias y en seducir mujeres mucho más jóvenes y bonitas. El doctor Corazón era un hombre alto, un garañón con ojos repletos de enigma y un discurso melifluo, convincente, arrullador, que no sólo les daba par de consejos ininteligibles a las desafortunadas, sino que sabía cómo acariciar sin tocar, como besar, sin que mediaran los labios, y, llegado el caso, también podía hacer "demostraciones prácticas" de sus teorías amatorias. Fue todo un furor, nadie era más reconocido, asediado y celebrado en los ámbitos chic, todas las señoras morían por su atención, por una consulta, nadie parecía darse cuenta de que  los ya estratosféricos honorarios subían por día, todas pagaban, sin negociar, se entregaban confiadas, como palomitas sin defensa. Para cuando la fama del doctor Corazón empezó a decaer, puesto que a ojos vistas sus consejos no servían para nada, toda vez que los maridos de la infortunadas continuaban persiguiendo nuevos negocios y faldas cortas, se rumoraba que el hombre debía tener sus buenos dos millones de dólares en una cuenta bancaria, en un punto desconocido del universo.Y un buen día, haciendo galas de sus dotes de mago, desaparecieron él, el consultorio y los múltiples títulos, sin que nadie supiera hacia dónde habían enfilado rumbo. Ya la ciudad comenzaba a olvidarlo del todo cuando un campesino venido del interior, capataz de  una de las haciendas de un ricachón local, vio, por casualidad, una de las fotos desgajadas de un palo,parte de la vieja propaganda que había sacudido a la ciudad hacía apenas meses. El hombre en cuestión reconoció al de la foto como uno de sus coterráneos, un palurdo sin mucha educación que ni siquiera había terminado sus estudios medios, y que había desaparecido del pueblo sin que nadie supiera cómo, cuándo y por qué. Afirmaba el zafio, entre carcajadas estentóreas, que si el tal era doctor, ya podía él proclamarse senador de la república, que al hombre sólo se le conocía como guirero de un conjuntico campesino que solía amenizar los guateques en su pueblo, y que constituían  la única diversión de aquel sitio olvidado del mundo. 

sábado, 5 de octubre de 2013

Sombras


Preñados de la incertidumbre
que la pátina del tiempo dibuja,
han quedado sus ojos de ensueño,
en el diluvio que les azota, ha tiempo,
desde la metamorfosis del desencuentro,
desde el encontronazo del tiempo, de
la distancia, de los denuestos; y también
de los besos y los requiebros...

Han pasado por sus ojos de devoradora,
de fiera en celo, de gacela en alerta,
todos los fantasmas, pretéritos y futuros,
las migajas, las culpas, los lamentos, las penas,
las sombras y las luces, los días y las noches,
preñados de la incertidumbre, del presagio que
enciende la lumbre, que preña las pasiones,
que conjura a la vida, que convoca a la muerte...

Y así se ha afianzado,  cautiva, señora y dueña,
 se ha entregado, irrevocable, como ofrenda,
segura del sacrificio, y de que el tiempo es un juez,
imparcial, que no conoce de componendas,
que el tiempo es semidios, que entiende de lo humano,
que es alegoría, remenmbranza y ternura, que no entiende
 de odios, ni de venganzas, ni de injurias ...,
sólo de perdones, de perdones y olvido.



La boda

Ya todo estaba listo para el gran evento que tendría lugar en la  Iglesia de la Merced, el 28 de diciembre (Día de los Santos Inocentes), a las 5:00 p.m. La ciudad reverberaba con la noticia, no todos los días se casaban dos tan guapos, tan exitosos, tan populares. Él era el periodista farandulero de moda, cuya opinión respetaban hasta los más viejos en el negocio amarillista. Ella, por su parte, empresaria millonaria, descendiente de una familia de mucha tradición y abolengo.  Eran una par de criaturas bellas, por parte de natura, y por parte del dinero, la gran oportunidad de hacer realidad, al menos por un día, el cuento de hadas; de ahí que hasta las gruesas matronas que destilaban  grasa por todos los poros del cuerpo se sintieran un poco identificadas con tanta felicidad y perfección; y que los caballeros más enclenques del gremio masculino suspiraran, con cierta presunción y brillo desmesurado en las miradas, rotas a fuerza de contratiempos. Día a día, la población seguía con gran expectación todas las noticias de los diferentes medios acerca del bochinche de élite que sacudiría a la región, un poco cansados también por las ya consabidas notas acerca de la crisis mundial, las tasas de desempleo, el contrabando de drogas, los asesinatos y otros rostros llenos de fealdad que eran el pan de cada día. Todos los medios de comunicación hicieron su zafra particular en ese entonces, nunca se había vendido tanto una novedad como la que estaba en curso, y para el día en cuestión, y a pesar del frío que helaba hasta el aliento, los convidados repletaron la parroquia, y los menos afortunados se apiñaron en los alrededores para observar, desde pantallas gigantes, la ceremonia. En segundos la leyenda se hizo realidad tras muchos metros de tules, gasas y encajes con  que apareció ataviada la novia, que más parecía ángel que persona- tanto era el brillo que de ella emanaba-, y el novio, no menos hermoso y feliz. Se podía oir volar las moscas a medida que avanzaba la ceremonia, sólo los suspiros de las más noveleras osaban perturbar aquella especie de suspensión del tiempo momentánea. Así las cosas, y un poco teatralmente, se avino el cura a preguntar si alguno de los presentes tenía algún inconveniente para que aquel matrimonio no se realizase,que de ser así hablara o callara para siempre, momento solemne éste en que el silencio se agudizó aún más, si esto era posible. Y justo en ese instante entró a todo correr un hombre, por el pasillo sembrado de flores de la iglesia, gritando a voz en cuello que el tenía algo que decir al respecto. Las personas, empezando por los novios, comenzaron a sudar, a pesar del frío intenso. Alguno hubo que hizo ademán de callar al inoportuno a la fuerza, pero que se desanimó en el impulso, ante la tremenda gravedad del asunto. Todos estaban suspendidos, las mujeres lloraban en silencio, y los hombres se comían los bigotes, de puro nerviosos. A la madre de la novia hubo que sacarla, desmayada y pálida, como muerta. Entonces, ante la mirada inquisitiva del sacerdote, el hombre avanzó hasta el altar, se puso de cara a los asistentes, y con toda la fuerza de que fue capaz gritó: INOCENTES, JAJAJAJAJAJA!!
Más tarde la policía, que salvó de una gran paliza al bromista, informó que éste no era otro que un borracho perdido, que por lo menos llevaba ingeridas en ese día dos cajas de cervezas, "a la salú de loj novio" 

sábado, 14 de septiembre de 2013

Génesis de un culpable

La rabia es una
serpiente albina
entre pájaros agoreros,
es un  corcel de fuego
con ojos de metralla
y fauces de cancerbero,
la rabia es la peor estirpe
de muchas generaciones
de promiscuos,
de desarraigados,
de leones con hambre
y ego de rufianes.
La rabia es el mequetrefe
de mente de corcho,
y verbo de aguardiente,
es un ente pequeñajo,
hecho de ruindades,
de venenos del Nilo,
y de alquimia escarlata.
La rabia es nuestro tirano,
nuestro bandido,
nuestro estigma,
vergüenza y soliloquio
preñado de altruismo
de mentijirillas.
Ah, la rabia...
 

sábado, 7 de septiembre de 2013

Matrimonio a la italiana

Era la única familia de italianos de aquel pueblo. Nadie les llamaba por sus verdaderos apellidos- de hecho los ignoraban-, todo el mundo les conocía por los Melcocchone. En aquella remota región del cono suramericano, la mayor diversión era la chanza, nadie se salvaba de la picardía popular, y  la familia Melcocchone no era la excepción. Les llamaba así porque Pietro, el hijo de Sigfrido Paniagua (EPD), tenía una cabellera lacia, color melcocha que era una delicia. Pietro era un hombre de treintaitantos años, robusto, con los bíceps, triceps y hasta el cerebrix muy desarrollados a fuerza de una rutina de ejercicios diarios. Era por demás un hermoso ejemplar , de ojos azules, piel dorada y escasas entendederas, por el que suspiraban todas las campesinas del lugar. Contrariamente a lo que deseaban las mozuelas, se casó, de manera sorpresiva con María Vagginola, la otra italiana que había arribado al pueblo años atrás como traductora de los ejecutivos de una planta bananera, que zozobró y cerró en un tiempo record, dejando a la joven sin un penique con el que regrasar a su Toscana natal, motivo por el cual se empleó como dependienta de un bar. La chica era de cascos ligeros, había tenido muchos amoríos con los mozalbetes del poblado, razón por la que, en un principio, los lugareños la bautizaran como María Vagina Alegre, para después cambiárselo por el más italiano Vagginola. Además de su esposa, Pietro compartía el hogar con su madre, Anna Crettinola, su tío, Primo Papaggione (innecesarias las aclaraciones), y los hijos habidos del matrimonio, Arno y Andreas Melcocchone, así como las mellizas Mina y Martanela Melcocchone. Pietro regentaba el  negocio familiar, un pequeño gimnasio que venía a ser el paliativo más atractivo en el ostracismo de aquel punto perdido del mapa y, entre su trabajo que le ocupaba el día, y exhibir su cara anatomía por las cuatro calles del poblado, pasaba el tiempo en armonía consigo mismo, que era lo importante. Su esposa, María Vagginola, a la cual le sobraba la sagacidad que le faltaba a su consorte, se encargaba de alimentar el ego de éste, de modo que desviara la vista hacia  intereses menos profanos, en tanto ella retozaba con los jóvenes lujuriosos del lugar. Así las cosas, a este fin del mundo llegaron los representantes de un laboratorio médico dedicado a encontrar donantes masculinos para la fertilización in vitro de mujeres que podían pagarse el lujo de comprarse un hijo, y cuyos esposos no tenían la capacidad para embarazarlas. La propia María Vagginola embulló a Pietro Melcocchone para que se hiciera donante, pues-decía- semejante caballo de raza no debería desperdiciar la oportunidad que se le presentaba de perpetuarse  en muchas crías, a la par que engrosaba el peculio familiar, no del todo solvente. Pietro, que en todo obedecía la sapiencia de su mujer,se presentó a los laboratoristas con cara de larvas pálidas y batas blancas, impecables, para que le hicieran los exámenes de rigor. Para su sorpresa, al día siguiente le comunicaron que, lamentablemente, sus esperamtozoides  eran todo lo contrario de su apariencia física, es decir, vagos, débiles, impropios, poco desarrollados, vaya, inservibles. El pobre de Pietro, cabizbajo y cariacontecido sólo pudo correr a su casa para informarle a su esposa, María Vagginola que lamentaba no poder hacerse con ese dinerito con el que habían especulado regalarse unas vacaciones en Buenos Aires, que lo perdonara por el descalabro, y que le prometía  esforzarse más de lo que hasta entonces se había esforzado para regalarle a su cara esposa aquel viajecito por el que suspiraba.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Paradigma

Al principio sólo atisbaba por entre las cortinas de grosor y color indefinidos, pero cálidas . Cada día se paraba allí y los rayos de su curiosidad taladraban el entorno. Algunas veces, un silencio lleno de suspiros y quejidos ambiguos era todo lo que alcanzaba a sentir. Otras, la mayoría, veía a algunas como ella, más atrevidas, entrando y saliendo de sus recintos, muchas con gran agilidad, otras, más suavemente, todas cuchicheando, gritando, riendo, bailando o vociferando. Así fue aprendiendo palabras y más palabras, su contorno, su vehemencia, su objetivo o trivialidad; palabras necias, palabras lindas, torpes, pesadas, mugrientas, afiladas, educadas, inteligentes, mordaces...palabras. Desde su escondite entre cortinas fue analizando,  sopesando y aprendiendo, por supuesto. Y estaban aquellos momentos, algunos llenos de magia y poesía que la hacían tan feliz; otros, para los cuales aún no encontraba calificativos adecuados, como aquellos en que  unos entes fríos o calientes entraban sin pedir permiso a través de su cortina y echaban a andar el mecanismo oculto entre el suelo y el techo que chirriaba, molía, mojaba y hacía desaparecer a los intrusos, y que la impelían a huir, so pena de correr igual destino que los desdichados. Luego venía la calma, una calma sólo interrumpida por el personal de limpieza que dejaba su recinto impecabley oloroso, momento que aprovechaba para dormir, a todo lo largo y ancho de su enorme cama. Eran esos momentos los que aprovechaba aquel galán, que no siempre era el mismo, pero si con iguales intenciones, para introducirse en su lecho, tocarla, envolverla, acariciarla, salir, entrar de nuevo y saturarla de un rocío que hubiera sido desagradable viniendo de otros, pero que de la mano de aquel advenedizo que la enamoraba y subyugaba era profundamente perturbador. Casi siempre al amanecer, el galán se retiraba del todo y ella podía descansar en el gozo del intercambio que la invadía de perturbación y satisfacción .A medida que se hizo mayor, comenzó a tener menos miedo, a salir y a entrar de su recinto, a cuchichear, gritar, bailar y vociferar como las demás. Así conoció también quién era el que entraba a su cama y la conmovía de pies a cabeza, y aprendió a seducirlo, a conquistarlo, a volverlo loco con ciertas carantoñas insinuadas por entre las cortinas.Y con la madurez, llegó la maldad, no supo o no pudo darse cuenta a tiempo de la delgada línea que dividía lo bueno de lo malo, y comenzó a cruzarla, cada vez con más frecuencia, cada vez con mayor acritud, cada vez con mayor alevosía y suspicacia. Se volvió una más del aquelarre de brujas inconformes y chismosas de la ciudad, maldiciendo, perjudicando, blasfemando, criticando y denigrando a todo el que podía. Las cortinas cálidas de su recinto se desgajaron, el galán huyó cuando constató que el engranaje entre el suelo y el techo estaba sucio, carcomido, lleno de huecos negros, fétido, y los entes fríos y calientes comenzaron a provocarle un malestar más allá de todo lo soportable. Ahora no sólo debía huir del mecanismo maloliente y ruinoso, además debía soportar dolor, todo su cuerpo cubierto por una costra blanquecina y dolorosa. Al fin murió, como muere todo lo que alguna vez estuvo vivo y fue bello y termina siendo pura decadencia, y cuando el médico abrió por postrera vez las cortinas de su recinto, quedó anonadado ante el desgaste, la putrefacción y el deterioro de aquella lengua que otrora fuera rosada, bella y cálida como ninguna y terminó siendo el fruto negro de una siembra equivocada.                                                                                                                                                                                                                                     

sábado, 31 de agosto de 2013

Renuncia

Lo ha guardado en el reino de nunca jamás;
nadie lo leerá, ni estudiará o profundizará.
Este manifiesto es sólo de ella, y de su conciencia,
de sus días de tristeza, sus reservas y certezas.
Ella luchó, con todas sus neuronas, por lo que creyó
justo; abogó defendió, manifestó y supuso
que tendría la razón. Pero se enfrenté al hielo
de una mirada sin expresión, que desaprobaba,
al desamor más grande, a sus gestos que iban por ahí
divorciados de las quimeras que ella esperó,que
hablaban de resquemor, de impaciencia,de horror y deseos
de que mediara un océano de kilómetros entre
 ellos. Por eso lloró, se estremeció e invocó
a la muerte, a esa criatura pelada que arranca los
corazones y los engulle con displicencia
 Y no la oyó, no puede. Sólo el designio
escrito y guardado en el reino de nunca jamás
establece el lugar y la hora, las circunstancias.
Como peonza sin rumbo, reflexionéó se destruyó y rehizo,
 -es el camino único  en las estepas de la calma, de la paz, del raciocinio-.
Y ha despertado diferente, sin correspondencias lastimosas.
 El amor no admite estructura alguna, componenda alguna,
 barrote alguno. El amor es el más libre de los sentimientos
Vive, muere y renace cada día para que el amor, tu amor,
el amor más grande de ese reino sin copias falsas, crezca,
se robustezca, se haga inmortal ahí, en el dolor de la
renuncia, en el pesar del desacuerdo y la tibieza
de las nieves del olvido.

Conflicto

Benedicta se enamoró realmente de Federico, el industrial más próspero del pueblo. A él dedicó todo su amor, su fidelidad, sus minutos y hasta sus miedos. Tuvo la dicha de ser correspondida en la medida en que un hombre elegante, rico, y criado entre dinastías de machistas, puede serlo.Le parió seis hijos robustos y hermosos, a los cuales crió personalmente, y las criadas de la casa tenían que quitarle el plumero de las manos porque insistía en hacer algo provechoso. Benedicta había sido la joven más bella de la pequeña localidad que la viera nacer y en la que había transcurrido toda su vida. Y también la más pobre de entre todas las muchachas en edad de merecer, cuando Federico Junior fijó sus ojos en ella y la eligió, a pesar de los ojos retorcidos de su madre y de la evidente desaprobación del padre. Una vez instalada en el palacete en el que podrían fácilmente vivir cinco o seis familias, comenzó para ella una vida llena de felicidad, pero ensombrecida por la certeza de estar en el lugar equivocado, llena de aprensión cada vez que sus ojos se encontraban con los de su suegra, repletos de rencor de clase ultrajada; o con la figura enorme del suegro, que llegó a quererla, pero jamás lo demostró. Espiaba a hurtadillas la más mínima de las reacciones de su marido, en la seguridad de que, un día u otro, la echaría de su lado, llena del bochorno de un matrimonio que no cuajaba con la posición social del ricachón. En el inmenso armario de su habitación, en la parte más oscura mantenía preparado el pequeño maletín que se trajo, para no tener que pasar por la verguenza de preparativos de última hora. Así transcurrienron 50 años de matrimonio en los que, ni un solo día, dejó de sentirse inferior y con la puerta de la calle como opción justa, equitativa.A la par que crecía su desazón, menguaba su figura. Se había convertido en una viejecilla insignificante, de cuya belleza sólo restaban los ojos magníficos, a pesar de la zozobra. Con el tiempo murieron su suegra, su suegro y, finalmente, también murió su marido, llevándose con él la poca cordura que le quedaba a la infeliz que,  en cuanto vio entrar por la puerta principal al notario encargado de leer el testamento del fallecido, voló escaleras arriba, buscó entre tembleques el viejo maletín que se deshacía de tan destartalado y, echándoselo al hombro salió de la que nunca fue sus casa por la calle principal, hacia el infinito.

domingo, 25 de agosto de 2013



¿Es acaso la melancolía
oficio de poetas?
No se cuela esta, acaso,
entre rieles y martillos,
entre arrugas y acuosidades?
No será que la melancolía
es oficio de hombres,
de aquellos hombres que
aman, que besan, que
abrazan y se funden?
No será acaso, la melancolía,
oficio de la ternura?
Será la no pertenencia
que acompaña los momentos
de dicha?
El perfecto estuche
en que se guardan
todos los recuerdos?
La sinfonía que despierta
en la mente lo que
nunca fue?
La melancolía es
el preludio, el antecesor,
el notario de etiqueta
que lee los pormenores
del manifiesto:
Hay belleza, sí,
notoriedad y alegría,
desazón y vacío,
hay vida y muerte,
 y hay maravillas ahí,
donde sentó sus reales
un ápice de melancolía
              ***
Lo vi pasar, ajeno,
desmemoriado y bello,
con la luna rielando
en la plata de sus párpados,
y la mente caída, como los
ángeles; turbiamente helados
los labios sin mácula,  los cabellos
de estopa, sin dirección, sin norte.
Lo vi, y al verle, se encendieron
de júbilo mis múltiples abriles,
a pesar de sus labios, de su mente...
y del tiempo... hoy le vi, y supe
supe...

              ***
¿Qué es trascender?
En vano busco un ejemplo
que ilustre
esta teoría de muchos,  de tantos
-o tontos-
Trascender, de qué sirve?
No es mejor hacer?
yo hago, tú haces,
todos hacemos, así
sin infinitivos vagos,
en presente de indicativo...
Quizás, eso sea trascender,
mas no queremos descubrir esta
intríngulis (mejor no hacer)
se está cómodo así, o no?

             ***
El venía, y yo iba,
 el miraba, y yo huía,
si él contemplaba,
yo me cerraba; y si
me hería, yo bostezaba...
De ahí pasamos a los acuerdos;
ninguno de los dos besaba,
o abrazaba, o gemía, o acariciaba
o proponía...
Cada uno, en ventanales distantes
se difuminaba, se oscurecía,
sin gritarle al silencio
lo mucho que se amaban,
cada uno moría...

Inocencia

Entonces yo era demasiado pequeña para entender ciertas cosas. A mis ojos, de sólo cinco años, todo era relevante, aún no podía calcular la seriedad de los eventos que me atañían. Era, por así decirlo,  una niña tímida, en extremo respetuosa, todo me encandilaba, me enrojecía las mejillas. Fue por eso que Ana María, aquella amiguita de mi infancia mucho más lista que yo, se aprovechó todo lo que pudo de mi candidez. Aquel verano, mi madre se empeñó en enviarme a la escuelita de doña Gina (una entidad privada que privaba a los pequeños de sus vacaciones, con el objetivo, decía ella, de que no olvidaran lo aprendido en el curso, y llegaran al siguiente con las neuronas a punto de reventar, de tan activas). En fin, para mi mala suerte los padres de Ana María escogieron igual opción para su solapada zorrita, por lo que me vi, de pronto sentada, codo con codo a su lado, siguiendo el movimiento de sus ojos retorcidos que no me perdían ni pie ni pisada. Fue el acabose cuando sucedió lo que sucedió. A partir de entonces, Ana María me martirizó cada día de mi vida en la escuelita: se comía mis meriendas, usaba mis lápices de colores,  abusaba de los cuadernos. muy escasos en aquella época, que mi madre me proveía, y cada vez que terminaba la jornada me acompañaba hasta la casa y me exigía le diera mis juguetes. Yo me escabullía al interior del hogar, presa del más terrible terror, pero consciente de que hasta allí no se atrevería a entrar la zoquete, y, por supuesto, ya no salía más hasta el día siguiente en  que otra vez debía enfrentar a mi temible chantajista que, con ojos coléricos, me insultaba diciéndome que si ese día no cumplía sus exigencias acerca de la entrega de los juguetes, me delataría, sin más ni más, con doña Gina. Así las cosas, llegó el día final de mi martirio, cuando Ana María me dijo que en ese mismo momento iría a contarle a la maestra mi oprobioso secreto. Recuerdo que desde mi pupitre veía cómo ella se acercaba a doña Gina, mientra yo casi me desvanecía de terror. Gruesas gotas de sudor corrían desde mi pecho empapando blusa, bragas, medias...No sé cómo no me desmayé cuando oí que le decía a la maestra:
-Profe, esta niña se tiró un pedo el primer día de clases...
Y casi sin creerlo, vi como doña Gina se volvía hacia Ana María,con cara de pocos amigos,y la tomaba por un brazo mientras la empujaba hasta su asiento y le decía.
-Deje de ser chismosa y solapada, siéntese y ocúpese de su vida, culebrita.
Luego se volvió hacia mi, con mirada cariñosa, y me dijo:
-¿Te sientes bien, Inocencia?

domingo, 4 de agosto de 2013

POSESIÓN

 "La idolatría de los bienes no sólo aleja del otro, sino que despoja al hombre, lo hace infeliz, lo engaña, lo defrauda sin realizar lo que promete, porque sitúa las cosas materiales en el lugar de Dios, única fuente de la vida" (Papa Benedicto XVI)

Siendo profesora en República Dominicana, una alumna me dijo, en cierta ocasión, que los pobres eran envidiosos, pues querían todos los bienes materiales que los ricos habían logrado  sobre la base de mucho esfuerzo personal, robándoselos de cualquier modo posible. Confieso que me dejó muy sobresaltada la simplista teoría, y una y otra vez pienso en ello tratando de encontrarle la quinta pata al gato sin lograrlo. Cierto es que decir que la posesión de bienes materiales no ronda por la cabeza de la inmensa mayoría de los seres humanos es una tontería mayúscula, harto sabido es que casi todo el mundo desearía tener una bella casa, un auto del año, un yate...¿Quién prefiere lo contrario? ¿A cuántos les gusta vivir en una casa pequeña, vieja,  superpoblada? ¿Quién prefiere andar a pie, en bicicleta, o en un auto que se está cayendo a pedazos? ¿A cuántos de los que Ud. conoce no les gustaría tener unas hermosas e inolvidables vacaciones en Hawai, Cancún o Punta Cana? Si le dieran a escoger, ¿no preferiría Ud. manejar un negocio, donde fuera su propio jefe sin tener que aguantar humillaciones e insolencias? Por donde quiera que se le mire, la riqueza tiene un atractivo parecido al que ejerce el imán en el hierro; no podemos caer en la tontería de que decir que preferimos ser pobres a ser ricos, no sin correr el riesgo de que los ricos digan que somos resentidos y envidiosos, y que los pobres nos cataloguens de beatones hipócritas. Ese no es el punto de la cuestión.
Personalmente, creo que los bienes materiales fueron puestos en el mundo para que todos los hombres tuvieran una vida digna. Y por dignidad se entiende, alimentos, ropas, zapatos, vivienda, salud, educación y sana distracción. Sin embargo, ya sabemos que en algún momento de la historia las cosas se torcieron y alguien decidió tomar más para sí, provocando de este modo que la repartición de todo aquello que era de todos, pasara a ser sólo de algunos, y lo demás es el cuento de la buena pipa. Pero  no es nuestro interés analizar el grado de injusticia que encierra  este dilema existencial (que harto se ha hablado ya del asunto, sin llegar a conclusión alguna). De lo que se trata es de analizar el grado de felicidad que le ha aportado a la humanidad la posesión de bienes materiales.
¿Podría alguien mencionar el nombre de una sola persona a la que la tenencia de riquezas haya hecho totalmente feliz? No hablo de sentirse seguro, cómodo, despreocupado...hablo de felicidad, de paz interior, de gozo del espíritu. Yo, al menos, no conozco a nadie así, y será en vano intentar encontrarlo. La posesión de bienes materiales, más allá de los necesarios, no le aporta al hombre felicidad alguna, su alma sigue tan vacía que no encuentra placer en disfrutar  lo que sobreposee. El dinero, las casas o palacios, el lujo, jamás podrán ocupar el lugar de Dios. Ya puede afanarse el hombre todo lo que quiera, llegará el momento en que será capaz de entregarlo todo por un adarme de amor, de compañía desinteresada, de calor humano , de amistad verdadera, de familia unida por  lazos mucho más poderosos que una cuenta bancaria y una serie de inservibles tonterías. Lo bueno será disfrutar de aquellos bienes imperecederos que le brinda el amor, porque en el amor está Dios, y donde está Dios hay plenitud, y que lo bienes materiales vengan por añadidura, pues de igual modo cumplirán su rol real, sean muchos o pocos, eso no es lo importante, lo realmente valedero es  la presencia de Dios en cada una de sus partículas, la plenitud que disfrutaremos en la comunión con su grandeza infinita.

miércoles, 31 de julio de 2013

Coliseo romano

En sus concavidades
hay heridas,
la han quebrado mucho,
la han vituperado,
ensuciado y denigrado.
es consciente de dolores,
de reconocerse inerme,
de la gangrena del olvido,
del menosprecio,
de las vejaciones,
la inutilidad de los vicios,
de las ambiciones;
glotonería de un tiempo
sin futuro,
 zarpa de  fieras
listas,  que
 desconocen la ternura,
fieras
de instinto básico,
llenas de costras, de
sangre, de miedos,
de pelaje ajeno  y
destrucción.
Ella, que lo sabe todo,
 es maternidad pujante,
no puede olvidar
el amor. Su savia
aún lucha por despejar
el cielo, es un ave Fénix,
dolor y fuerza
se dan cita en su
calvario de siglos.
La Madre Tierra,
esa guerrera de hierro,
aún no claudica

martes, 30 de julio de 2013

Fuego


En sus ojos
podías ver,
escuchar,
rastrear,
escudriñar,
palpar, sondear,
desmenuzar,
la música,
los senderos,
la oscuridad
de otros ojos,
la piel de seda
de los melocotones,
las ideas abstractas,
los pensamientos
de las doncellas
y sus seductores,
la mezquindad,
la ruindad,
la oscuridad
y el Hades.
Podías hacer
añicos toda idea
preconcebida.
Sus ojos
ridiculizaban
todo obstáculo...
Ay, sus ojos!

Vade retro, tristeza


Policromía.

Autor: Maritza Gómez.

Amo la vida,  la amo con sus cenizas y sus bellezas
acaricio sus longitudes, beso sus latitudes,
 la poseo y disfruto de su embarazo, de sus tretas,
de sus decepciones que me maduran, de embargos
que me quiebran, me colocan en bancarrota.
Amo la vida con su impronta, con su luz, con
su magia y su matiz de galán altanero,
 me baño y disfruto de su ingenuidad de niño.
Amo la vida, sus profundidades, sus misterios,
sus lagunas de plata, que rielan  en las noches,
me llenan de embrujo; sus azules, sus verdes; 
sus negros y blancos,oh, placer infinito...!
Me derrito ante la algarabía de la conjunción
de todos ellos...
Amo la vida, sí que la amo!! Y porque la amo,
no temo morir: qué es la vida sino un morir en cada
rincón de sus retos?
Sí, amo la vida, su eternidad, su hermosura, su alegría...
Yo, pequeño grano de mostaza, escalo sus montañas,
desando sus valles, me baño en sus aguas de plata y tuquesa.
me enjuago de sol, descanso en sus verdes, platico con la luna,
escucho el silencio de sus múltiples sueños, me acuesto en la tierra,
aspiro su olor, me nutro de su savia, socializo con ella, aún
antes de la muete..
y me entrego, sin duda alguna a la  divinidad de todo...

domingo, 21 de julio de 2013

Paola Guanche, talento y más.

No sé si las condiciones atmosféricas me permitirán ver hoy el show de la Voz Kids. Lo digo con todo el peso de mi disgusto con Dish Latino que, al menos por nuestros predios, desde que se mueve una hoja con un poquito de mayor fuerza, deja de prestar sus servicios a los que como nosotros los habíamos seleccionado de entre otros competidores, por creer en su propaganda de camino. Así que no sé aún si podre ver la semifinal del programa que nos tiene robados los corazones ante el derroche de talento de aquellos que con mayor fuerza embriagan nuestras mentes  por su "sobresaliente", esto es, los niños.
Y aunque remedando al Alejito de "Alegrías de sobremesa" con aquello de "salud que haya porque talento sobra"  tengamos que reconocer que es una tarea difícil decidir quién es el mejor, en mi caso particular la balanza se inclina con el peso de un nombre: Paola Guanche. Paola es cubana como yo, pero ni por casualidad de la mediocridad me pronunciaría yo por alguien por el hecho de ser mi coterráneo, faltándole lo que en verdad hay que tener, esto es, talento suficiente para triunfar. En ella no sólo es el talentazo que no falta, es la versatilidad, la asunción de retos diferentes con el desenvolvimiento de las grandes divas, el movimiento escénico, esa voz con la que juega como si fuera plastilina, la gracia, la sabrosura, el carisma, la madurez, la humildad...Resumiendo, la estela de brillo que sólo dejan en pos de sí las mas grandes, entre las grandes. Ojalá, Paola, que este premio lo diera un jurado justo, sin duda sería tuyo, ya te lo ganaste.
Sin embargo, ahí está bien reciente el caso Belleza Latina, donde supuestamente el voto popular le dio el premio a las mujer más fea, más corriente y anodina del concurso, mientras fueron eliminadas bellezas como la representante de República Dominicana. Yo aún no logro concebir cómo se maneja este mundo del telespectáculo, supongo que lo harán del modo que más dinero les da, y ese parece ser a todas luces  hacer del público un jurado parcializado, inexperto e injusto, en el cual el premio será otorgado no a quien más talento tenga, sino a quien más votos consiga (es matemática simple, sólo habría que ver las estadísticas poblacionales de los latinos de por acá para imaginar el final...)Siempre he creído que ese voto del publico debiera llegar hasta la semifinal, pero el premio debería ser otorgado por un jurado experto, calificado, imparcial. Vamos a ver con qué nos salen ahora, pero mi voto y el de toda mi familia es para ti, Paola. Suerte, querida, que Dios coloque a cada quien en su justo lugar.

Mito vs. realidad

Muchos habrán leído o escuchado acerca de una antigua leyenda, originaria de la histórica cultura cretense, conocida como El Minotauro de Creta. El minotauro era un personaje mitológico, con cuerpo de hombre y cabeza de toro, nacido de la inusual unión entre Pasífae y el Toro de Creta,  y que resultó ser un terrible antropófago (devorador de carne humana), por cuya razón se le ordenó al artesano Dédalo que construyese un laberinto( se supone que en la ciudad de Cnosos), en el centro del cual abandonaron a la bestia. Cada nueve años, Atenas, que estaba bajo el dominio de Creta, debía entregar 7 vírgenes hembras y 7 varones como tributo a Minos, rey de Creta. Los desdichados jóvenes eran abandonados en el laberinto por el que vagaban sin rumbo hasta que la fiera daba con el ellos y los devoraba. Cuenta la leyenda que 27 años después, Teseo, hijo de Egeo, harto del horrible sacrificio a que eran sometidos sus hermanos atenienses, se brindó para ir entre los 7 desdichados escogidos, con la esperanza de matar al minotauro y acabar con el suplicio. Luego conoció a Ariadna, hija de Minos, que al parecer se enamoró de él y lo ayudó proporcionándole una espada con poderes especiales y un ovillo de hilo que debía atar a la entrada del laberinto para, una vez muerta la bestia, pudiera escapar del mismo, enrollándolo, pues de otro modo jamás encontraría el acceso al mismo. Todo sucedió tal como habían planeado, y ambos jóvenes y el resto de los que se habían salvado de las fauces de la bestia, se embarcaron y huyeron rumbo a su patria. Para que el final no fuera total mente feliz, a Teseo, que le había prometido a su padre colocar velas blancas si regresaba victorioso, y negras de no ser así, se le olvidó cambiarlas, y a su padre, al ver de lejos las velas agoreras, le ganó una tristeza muy profunda y se lanzó por el acantilado donde murió.
Los mitos pueden parecer risibles, pero tienen muchos puntos de contacto con el mundo real. De hecho se maneja que este mito en particular puede aludir de manera indirecta a la férrea dictadura que sobre Atenas ejercía Creta en ese entonces. Por otra parte, cuántos perversas relaciones, al estilo de la unión de una mujer con un toro no nos ha tocado conocer en la actualidad? Por sólo citar la más canallesca de todas, la de padres que violan a sus hij@... es tanto o más horrible que la del toro y la mujer. Y qué decir de las múltiples formas de tortura y vejación al cuerpo humano que, procedentes de historias reales, nos traen el cine y la televisión? Por no hablar de los vejámenes sicológicos a que son sometidos por los regímenes dictatoriales muchos seres humanos en el mundo de hoy, regímenes aceptados y agasajados por el mundo que se dice civilizado y moderno? Sin descontar el hambre, la desigualdad, la injusticia, la falta de higiene, las condiciones infrahumanas en que viven millones de seres humanos, no menos desdichados que las pobres víctimas del minotauro...
Y en medio del pandemónium, el bálsamo que nos diera Dios, la contraparte, el equilibrio, la brisa fresca procedente de la misericordia, el amor, en sus múltiples facetas consolidando, aliviando, ayudando, secando lágrimas y dolores, liberando, socorriendo, subsanando, corrigiendo la obra de la mano infernal. El amor, ese Teseo que decide correr con todos los riesgos para liberar a los que ama, para cambiar el curso de la historia, para demostrar que el mundo es bello, que la vida es un don preciado que nadie puede menoscabar. Sí, el amor es un héroe, una súperstar que suele vencer los más escabrosos combates y deshacer los mayores entuertos. Al amor le son atribuibles hazañas colosales, que superan la del propio Teseo, basta visitar hospitales, cárceles, barrios marginales, cualquier triste antro de los que albergan al dolor. Sí, no hay tanta diferencia entre el mito y la realidad, entre la ficción y el realismo contemporáneo; siempre existirán los minotauros que enfrentarán hasta morir a los alados mensajeros del Amor, a los Teseos sacrificados por solidaridad con los demás.