VINO AÑEJO



AUTOR: MARITZA GOMEZ CRUZ





Las fisuras de la memoria

se ensañan, golpean,

reptan, escalan, trasnochan,

desuellan los rescoldos

que fluctúan en sus

recuerdos sin norte.

En cada una de las arrugas

de los minutos y su vértigo,

hay un tinte de juventud,


un parapeto que lo resguarda

por alguna vivencia en curso,

de pasados, de antiguedad,

frescos en la cordura de

asuntos sin importancia,

lágrimas que le asaltan,a ratos,


 que corren por sus mejillas

lágrimas del tamaño de lagunas,

de colosos, de mares, de desiertos,

lágrimas que pueblan su cabeza,


con fragor inmisericorde, cabezas

que escasean de cabellos,

y de neuronas en forma,

válidas para el recuento,

un "si es no" redimido

por experiencias de lustros,


de centurias, o de minutos...

que no podrán ser hurtadas,

y brotan, un trozo aquí,

un tramo allá,

en los entresijos de la

plateada desmemoria:

el fragor lleno de lumbre

en aquellos ojosde moro,


 bellos, refulgentes,

anunciantes sin paga

del deseo, de la pasión

fulgurantes, voraces,

que se niegan a

languidecer, a desaparecer,

a pesar de las fisuras de

su memoria escaldada,

y aún le encienden, cual fuego,

la luz que agoniza en segundos

de desconcierto, de juventud imposible,

entre mucha hojarasca de ilusiones en ocaso.
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