miércoles, 5 de diciembre de 2012

Se vende

La casa parecía abandonada, y sólo el polvoriento letrero le confería cierto aire de dignidad: Own it! Call, Teddy, Brown&Associates, 232-1000, Realtor, www.brownsallcity.com. Estaba ubicada en un sitio solitario, y para cualquier observador era patente que hacía muchísimo tiempo  que nadie se interesaba por la ruinosa mansión Debió ser una casa señorial, todo en ella delataba antiguedad y clase, desde los materiales con que fuera construída hasta el precioso plano victoriano que le diera vida y que se mantenía airoso, a pesar de las inclemencias de muchos tiempos de abandono .Para Ann- toda una sabuesa en cuestiones arquitectónicas, resultó el mayor descubrimiento de los últimos meses. Arrastrando a Sean, que hubiera preferido seguir con su cerveza y su partido de fútbol televisivo, decidió introducirse subrepticiamente en la casona; lo prefería así, no tener que aguantar la perorata del realtor, tomar la decisión que conviniera sin que mediara el cotorreo preaprendido de los loros de la inmobiliaria- fue suficiente aliciente para violar la propiedad, tomando sobre sí y su no muy convencido acompañante, el riesgo de ser sorprendidos in fraganti.Una vez dentro sintió como si le hubiesen echado un balde de agua helada encima: la casa era una ruina total. El mayor de los abandonos, la más triste de las estampas, como si cien tanques de guerra se hubieran dado a la tarea de convertiur el interior de la casona en puros escombros  fue lo que observaron sus ojos, rabiosos de decepción. Tropezando y lanzando todo tipo de improperios por el tiempo perdido, seguida de cerca por el asustado Sean que nunca la había visto tan molesta, salió por donde había entrado, rumbo al auto estacionado no lejos de allí.
Ella, como tantos otros, jamás supo que al extinguirse los ruidos del portazo que acompañara a su estampida, la casa se rehacía de sus ruinas, juntando uno a uno todos los pedacitos en que estuviera fragmentada, mientras se reía y regodeaba una vez más por haber podido conservar su amada privacidad.

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