Detente, tú, sí,
el que entorpece
de deseos las noches
de vértigo, las noches
de deseo, y de deseo y
vértigo los momentos
de cada noche, de cada
vida, de cada hombre.
Detente, aún perdura
el último deleite,
no se ha esfumado
del todo la agonía...
el que entorpece
de deseos las noches
de vértigo, las noches
de deseo, y de deseo y
vértigo los momentos
de cada noche, de cada
vida, de cada hombre.
Detente, aún perdura
el último deleite,
no se ha esfumado
del todo la agonía...
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