Disfruta tu paraíso
sin menospreciar el mío.
Recuerda que no todos
amamos el verde, o el azul,
muchos prefieren el negro, o el gris.
Quédate así, a la vera de tus
encrucijadas,
con tus resoluciones y acertijos,
de convencido único.
Mantente así, como embajador
plenipotenciario, como general
de guerras sin sentido, ilusorias.
Descansa en ese canto de sirenas
de una estabilidad forjada sobre
las frustraciones,
con el techo por horizonte
y las paredes por lecho.
Y déjame a mí,
en mi mundo sin asidero,
llevada y traída por mil huracanes,
soportando la malicia retratada
en los ojos de los murciélagos
y sin cuentas de rosario que entretengan
mi desvarío...
pero feliz, encantada con un presente
sin débito, ni crédito, pero mío y
del viento...
sólo mío...y del viento...
sin menospreciar el mío.
Recuerda que no todos
amamos el verde, o el azul,
muchos prefieren el negro, o el gris.
Quédate así, a la vera de tus
encrucijadas,
con tus resoluciones y acertijos,
de convencido único.
Mantente así, como embajador
plenipotenciario, como general
de guerras sin sentido, ilusorias.
Descansa en ese canto de sirenas
de una estabilidad forjada sobre
las frustraciones,
con el techo por horizonte
y las paredes por lecho.
Y déjame a mí,
en mi mundo sin asidero,
llevada y traída por mil huracanes,
soportando la malicia retratada
en los ojos de los murciélagos
y sin cuentas de rosario que entretengan
mi desvarío...
pero feliz, encantada con un presente
sin débito, ni crédito, pero mío y
del viento...
sólo mío...y del viento...
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