miércoles, 2 de enero de 2013

Don Dinero

"Poderoso caballero es don Dinero

Erase una vez una pareja que buscando una vida mejor emigró de su país, pero, con las primeras dificultades, quiso regresar a éste, sólo para darse cuenta, una vez estuvieron de vuelta en su terruño, que debían salir a escape de nuevo, porque los problemas en el lugar de origen antes que disminuir, se habían acrecentado, Así las cosas, al llegar de nuevo a la tierra que los acogió ya no recibieron la ayuda que habían obtenido antes. La mano pródiga en bienes que se extendiera en el pasado les dio un NO por respuesta y tuvieron que irse a "luchar la vida". Una parienta pobre que allí vivía trató de mostrarse todo lo amable que sus circunstancias se lo permitían, y les invitó, una y otra vez, a su casa, a algún sitio público, a una cervecita, recibiendo inveteradamente excusas despectivas. Ella pensó que los susodichos estarían molestos por la negativa del pariente pródigo, y que esta molestia la hacían extensiva a todos los demás familiares. Sin embargo, cuando el $eñor adinerado se avino a recibirles de nuevo en su casa salieron corriendo, como perritos falderos y sin recato, para la mansión donde había huesos más sustanciosos que roer..."Poderoso caballero es don Dinero"
Lamentablemente, casi todos nos inclinamos del lado del que puede dar más. Con los pobretes solemos mostrarnos distantes, fríos, despectivos, pero para aquellos a quienes la fortuna  ha sonreído en grande solemos reservar todo tipo de zalemas, de cariño y distinción. Casi todos tenemos esta tonta esperanza acerca de que esta persona, cuando se trata de un familiar, nos pueda nombrar su heredero, y por si las moscas, nos aguantamos y humillamos ante ellos para que no se desvíe de su propósito.La riqueza nos encandila, nos subyuga, nos oscurece el entendimiento, los ricos devienen en semidioses ante nuestra miradas bobaliconas: les reimos sus gracias, les aguantamos sus chistes malos, nos ponemos de alfombra ante ellos, le escuchamos con fruición , le hacemos creer que son la mar de inteligentes y les escuchamos aunque estemos aburridos como ostras.  Y como buenos lamebotas, les aplaudimos...
Sin embargo, no hay mayor placer que el que te reporta ir por la vida siendo genuino. Y genuino es el que trata a las personas por lo que son, y no por lo que tienen, el que ama al otro sin importar cuanto le pueda dar, sino porque el corazón así se lo dicta. En el mundo profesional esta cisma suele ser sinónimo de injusticia, deslealtad, contubernio, malicia. A menudo vemos cómo los mejores lugares los ocupan personas menos capaces, pero con más recursos pecuniarios. No se impone el talento sino la chequera del banco. Pero, podrá este actuar reportarnos  paz? No lo creo. Por más que el dinero (muy necesario a la hora de pagar biles) nos enturbie la conciencia y nos impela a obrar según su manual del mal, tiene que haber un Pepito Grillo que nos recrimine y nos haga sentir tanta verguenza por nuestras acciones,  que sólo con la correcta y justa toma de decisiones por nuestra parte nos permita sentirnos tan bien con nosostros mismos y los demás, que no haya dinero es este mundo capaz de darnos una alegría mayor.

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