sábado, 4 de enero de 2014

Preludio

Mientras titubeo
recorro con los ojos,
con las manos y los sentidos
 el espacio
de tu piel de perlas,
te miro a los ojos,
me quedo en los labios
me quedaría para siempre,
olvidaría cada ofensa,
cada infidelidad, todo el
 desamor de tus ojos;
y aprecio tu entorno,
forjado en la divinidad,
con toques de incienso
por el pincel de las estrellas,
me acobardo, me abandono;
no te merezco, Hércules,
soy tan humana!!
Mas me atrevo, te acaricio,
te mimo, te requiebro,
te moldeo, con mis manos
que se vuelven seda
cuando están contigo;
con los nervios, con ardor,
con la mente.

Entonces me entrego,
ya sin titubeos...

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