Hace unas noches volví a ver el filme cubano "Lista de espera", cortesía de youtube. En ese momento estaba desvelada, y la película sólo hizo más prolongado mi insomnio. Confieso que terminé de verla con la piel erizada y los cabellos de punta, porque para mí ya pasaron casi 14 años desde que esas vivencias fueran mi pan de cada día, y ya se sabe que los seres humanos piensan como viven. Mi involuntario desvelo me puso a meditar acerca de la tendencia que tenemos, los que en el exilio vivimos, de quejarnos constantemente por lo mucho que hay que trabajar por estos lares, y que, de haber tenido la oportunidad de saber con anterioridad, cómo era esto, jamás habríamos renunciado al "vegetar", que es el modo de vida en Cuba, todo con tal de no trabajar tan duramente como aquí se hace.
Y es cierto. Para las personas que llegamos a Estados Unidos, sin importar cuántos títulos tengamos, al no dominar el idioma, las cosas se ponen "pelúas", hay que trabajar tan duramente, sobre todo en las factorías, donde no se conoce la palabra misericordia, y de las cuales salen las personas hechas guiñapos, al cabo de 20 ó 30 años de trabajo, que a cualquiera se le salen los suspiros por ese pasado, sentados a la vera del portal, viendo a ver que cae del cielo, o más exactamente de las remesas que (no todos) tenemos la suerte de recibir de aquellos parientes que están "comiéndose un cable" allende los mares, y que nos pemiten obtener lo suficiente para seguir vegetando. Y así, un día tras otro... El eterno "ser o no ser, esa es la cuestión", cuando de dirimir qué es mejor se trata: trabajar como bestias, o vegetar como parásitos?
Particularmente, repito, particularmente, en mi opinión (v.r), sólo le pido a Dios me dé salud para trabajar en lo que sea, limpiando pisos, cuidando enfermos, en factorías, lavando platos. No me importa en absoluto haber perdido buena parte de mi vida estudiando, y que ahora de nada me sirvan mis conocimientos. Quiero vivir dignamente, honradamente, esforzándome cada minuto de mi vida para ayudar, y no para que me ayuden, quiero irme bien cansada a la tumba, así será más placentero el yacer eterno. No quiero para mí las tremendas vicisitudes que viven mis queridos hermanos en Cuba, aunque eso signifique vacaciones eternas (ya se sabe que en Cuba no se trabaja, se "bisnea", se resuelve, se negocia, o simplemente se vive de los que acá estamos). Creo que es cuestión de actitud ante la vida, de si prefieres vivir a plenitud, con todo el esfuerzo que ello implica, o si deseas morir un poco cada día, sin alicientes, sin esperanzas, sin libertad, con tal de no esforzarte."To be or not to be, that´s the question". A mí, que me entierren, o esparzan mis cenizas frente a la Ermita de La Caridad, en Miami, en Los Grandes Lagos, en el Cañón del Colorado, en el Missisipi o en los canales que pasan por Hialeah...Mientras que sea en USA, para mí vale todo.
Y es cierto. Para las personas que llegamos a Estados Unidos, sin importar cuántos títulos tengamos, al no dominar el idioma, las cosas se ponen "pelúas", hay que trabajar tan duramente, sobre todo en las factorías, donde no se conoce la palabra misericordia, y de las cuales salen las personas hechas guiñapos, al cabo de 20 ó 30 años de trabajo, que a cualquiera se le salen los suspiros por ese pasado, sentados a la vera del portal, viendo a ver que cae del cielo, o más exactamente de las remesas que (no todos) tenemos la suerte de recibir de aquellos parientes que están "comiéndose un cable" allende los mares, y que nos pemiten obtener lo suficiente para seguir vegetando. Y así, un día tras otro... El eterno "ser o no ser, esa es la cuestión", cuando de dirimir qué es mejor se trata: trabajar como bestias, o vegetar como parásitos?
Particularmente, repito, particularmente, en mi opinión (v.r), sólo le pido a Dios me dé salud para trabajar en lo que sea, limpiando pisos, cuidando enfermos, en factorías, lavando platos. No me importa en absoluto haber perdido buena parte de mi vida estudiando, y que ahora de nada me sirvan mis conocimientos. Quiero vivir dignamente, honradamente, esforzándome cada minuto de mi vida para ayudar, y no para que me ayuden, quiero irme bien cansada a la tumba, así será más placentero el yacer eterno. No quiero para mí las tremendas vicisitudes que viven mis queridos hermanos en Cuba, aunque eso signifique vacaciones eternas (ya se sabe que en Cuba no se trabaja, se "bisnea", se resuelve, se negocia, o simplemente se vive de los que acá estamos). Creo que es cuestión de actitud ante la vida, de si prefieres vivir a plenitud, con todo el esfuerzo que ello implica, o si deseas morir un poco cada día, sin alicientes, sin esperanzas, sin libertad, con tal de no esforzarte."To be or not to be, that´s the question". A mí, que me entierren, o esparzan mis cenizas frente a la Ermita de La Caridad, en Miami, en Los Grandes Lagos, en el Cañón del Colorado, en el Missisipi o en los canales que pasan por Hialeah...Mientras que sea en USA, para mí vale todo.
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