domingo, 31 de marzo de 2013

Democracia vs.Generación Y

" Tu derecho termina donde empieza el del otro"

Por Maritza Gómez Cruz.

Cada quien utiliza las redes cibernéticas como mejor le viene en gana. Lo bueno que tienen Facebook, Twitter, etc,  es que uno publica sus reflexiones, sube fotos, comparte enlaces y hasta recetas de cocina con sus contactos, de entre los cuales, los ve o lee quien quiere, o, por el contrario, se acogen al derecho de ignorarlos, según sean sus preferencias. Desde que uno abre en la página de inicio ya sabe qué leerá y/o comentará, y a qué le "pasará por arriba". Particularmente, y en uso de las facultades que me confiere la quinta enmienda, he preferido, en los últimos tiempos, pasar por alto todo comentario político porque me reconozco apasionada y poco objetiva cuando de defender mis postulados se trata, y con suma facilidad caigo en la tentación de defenestrar a todo aquel que no coincida conmigo. He tenido la gran suerte de no perder del todo la "chaveta", de saber reconocerme, y en base a esto, he podido controlarme, aunque sigo evitando los temas apasionados, y me disperso por otros temas menos escabrosos, más generales, filosóficamente correctos...

Pero hay un detalle que ha estado presente en mi vida: casi nunca se ha equivocado mi corazón cuando me avisa, con diferentes señales de alarma, que tal o cual no es lo que pinta. Hace apenas días que uno de estos mis augurios se hizo realidad con tan escalofriante precisión, que aún siento el frío recorrer mi espalda: uno, que presumía de ángel y tenía a todos engañados sacó a relucir su gen demoníaco, dejando con un palmo de narices a muchos que le habían dado su voto: "Yo lo dije, pero nadie me creyó", fue lo único que atiné a decir, pues ya de nada vale. Eso es lo que me ha pasado con el más reciente caso de la Yoani Sánchez, todo apunta a que la chica es la nueva Juana de Arco, versión caribeña, no hay algo específico que pueda decir en su contra, la gente esta complacidísima con su "valiente" proceder...pero a mí, las señales de alarma no se me apagan, insisten con luz cada vez más fuerte y un alarido que no me permite acatar, sumar, aceptar, ceder...so pena de parecer intransigente, envidiosa, altanera, de ultraderecha, ponzoñosa, venenosa, epítetos todos con que me zarandean los adeptos al Reich... perdón, a Yoani Sánchez.

Y ese es el meollo de la cuestión. Llevamos toda la vida luchando por la democracia y la libertad de expresión, bellas ellas en tanto coincidan con nuestros propios puntos de vista, pero execrables si van en sentido contrario. De qué nos ha valido luchar contra  la dictadura castrista, si el objetivo de esa lucha es imponer nuestro criterio? De qué se trata todo esto? Si odiamos tanto al tiranosaurio, no es precisamente porque nos quitó la libertad? Por qué pretendemos entonces que la razón está de nuestra parte? No sería mejor dejarnos de invectivas y sarcasmos y disentir y que nos disientan sin apelar a las ofensas personales? Admito que también he caído en ese juego, pero me estoy deteniendo justo al borde del despeñadero. No más. Me retiro. El tiempo dirá quién tenía la razón, nada hay oculto entre cielo y tierra. Pero reitero mi derecho a diferir de forma civilizada. Por nada de este mundo deseo dejar de gritar vivas a Fidel-Raúl Castro, para que luego me conduzcan, látigo en mano, a cualquier plaza de este mundo  y me obliguen a  lanzar consignas, del corte "viva Yoani Sánchez" De eso nada, monada, esa no es libertad, ni democracia, ni cosa que se le parezca, es otra cabeza que la ha salido a la Hidra de Lerna, y conmigo no cuentan para entrar en esa trampa. 

El pecado de la abundancia

Por Maritza Gómez Cruz.

Hoy debimos elegir mi hija, mi nieta, su boyfriend y yo dónde almorzar ( el Nando no cuenta, él sólo quería disfrutar el parquecito de Mc Donalds), y teníamos que escoger entre McDonalds,  Subway y/o Pizza Hut, que era lo que teníamos a mano. Particularmente prefería cualquier cosa que no fuera Mc Donalds, no me gusta mucho el fast food, y entre ellos el que menos me gusta es el mencionado. Sin embargo, preferí sumarme a la mayoría, que apostó precisamente por esa opción. Lo importante es que finalmente almorzamos como Dios manda, en un ambiente cálido, agradable que nos preservó momentáneamente del invierno que se niega a abandonar Illinois, mientras conversábamos de temas diferentes, y yo pensaba qué agradable sería para mí que mis hermanas, a las cuales invitamos a venir a EUA, ya estuvieran aquí para que disfrutaran junto a nosotros de esos prohibidísimos alimentos para cualquier cubano de a pie en mi islita mártir. Ah!!

En los últimos tiempos a todos nos ha dado por quejarnos de la crisis, tan cierta y tan detestada como la muerte, y tan "sui generis", dependiendo de la parte del globo terráqueo a la que estemos haciendo referencia. No es lo mismo nuestra crisis norteamericana que la crisis en Haití, en Africa, en Cuba...Acá ni siquiera debiéramos hablar del asunto. Vivimos en casa confortables, refrigeradas o caldeadas, según requiera el clima, tenemos autos con iguales comodidades, alimentos variados, sanos, y lo más importante, podemos elegir qué vamos a comer, amén de tener cubiertas todas las otras necesidades vitales del ser humano. Y hablamos de la clase trabajadora, de esa que labora arduamente durante la semana para poder pagar sus facturas, no haremos siquiera mención de los más favorecidos. Nosotros, los trabajadores, vivimos con dignidad absoluta, vivimos en abundancia en un mundo cada vez más pobre y triste, cada vez más hambreado, cada vez más enloquecido por el dolor que genera la pobreza absoluta, recrudecida por esta crisis de alcances homéricos. Y en este mundo nefasto todavía hay gente que se da el lujo de echar los alimentos del día anterior a la basura, que no come comida "vieja". Qué poco sabemos del hambre por aquí!! En la Segunda Guerra Mundial, la población recogía de los tachos de basura las cáscaras de papa que desechaban los alemanes, y con eso paliaban un poco la necesidad de alimentarse. Me han comentado que en Haití los pobres se hacen unas galletitas de lodo...!!!! Y nosotros no consumimos comida "vieja"????!!!!

Desdichadamente, no podemos, por más que querramos, cambiar este estado de cosas. En el tercer milenio de la Era Cristiana, en pleno siglo XXI, queremos tener cada vez más, sin importar que para ello los otros tengan cada vez menos. El vicio de poseer es algo demencial: si tengo una casa, quiero dos, tres; y así con todo lo acumulable. Buscamos la felicidad en el tener, desconociendo que no puede haber felicidad real en la tristeza de nuestro prójimo, en sus carencias, en su indignidad, en su indigencia, en su hambre...Si bien es verdad que cada uno de nosotros solos, no puede cambiar el actual modo de vida, si podemos y debemos hacer todo lo que podamos, no sólo compartiendo, sino, al menos, no malbaratando, no desechando, no botando o desperdiciando aquellos bienes que en algún lugar de mundo alguien necesita mucho. Es un paliativo ridículo quizás en medio de tantísimo dolor, pero va revestido de esa capa de moralidad, de vergüenza y decoro que debemos conservar cuando no nos es posible hacer algo más. Si Dios nos ha bendecido con tanta abundancia, no podemos, en modo alguno, convertirla en pecado. 

sábado, 23 de marzo de 2013

DIVAGACIONES

Por qué yace
sucio y solitario?
Qué tremendo
 abandono lo asedia?
Desde cuándo se queja?
Hasta dónde se expanden
sus suspiros de infante?
Por qué nadie se acuerda
del columpio del patio?

            II
Fue testigo del tráfago,
de carreras, de risas,
de suspiros, de besos,
de peleas, de  diálogos,
también de monólogos;
de silencios,
de partos, de ausencias,
de exilio y dolencias,
de llanto y reencuentro,
El viejo callejón
lo recuerda todo.

          III

Allí, en el lodo,
quedaron los sueños.
Recuerdo los charcos,
los del suelo,
los de la memoria,
cada uno de ellos
se agiganta, se eriza,
se revuelve y golpea
toda tentativa
 de olvido.

        IV
Ahora que llegó
la nieve, y no hay
ilusiones,
desde que la verdad
del desierto invade
con sus hilos de
libélula cada experiencia,
las buenas, las malas,
retorna el recuerdo,
con su magia, con sus
vivencias,
muriendo de nostalgia
por cada cobardía.

         V
Ya llega el final,
el escenario es el mismo,
pero son diferentes
 los varios elementos
de la tragicomedia:
las grietas, las cerdas,
las perlas que fueron,
el brillo, las luces,
la fuerza, el empuje:
estrellas fugaces
que desaparecen
sin dejar ni rastro.



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viernes, 22 de marzo de 2013

FILOSOFIAS DE BOLSILLO ROTO

Todos hemos fantaseado, en mayor o menor escala, con la idea de "sacarnos la loto", o, por lo menos recibir una herencia y/o encontrarnos con un maletín lleno de dinero, que además sea bien habido, y que al que se le perdió no le haga ninguna falta???????? Sí, son fantasías que no dejan de regocijarnos, pensando en cuántos problemas pudiéramos resolver con el sorpresivo regalo. A propósito de este tema, broméabamos mi tía y yo hace no mucho. Ella me decía que prefería no sacarse la loto porque era como sacarse problemas, ya que todo el mundo se consideraría acreedor de tu bondad y, por ende, no quedaría nadie satisfecho, por más que trataras de ser justo con todos. Yo a mi vez, argumenté que prefería que nadie supiera que había tenido tal suerte, que me dedicaría a hacer el mayor bien que pudiera, pero sin hacer alusión alguna que pudiera delatar mi suerte. Ella se rió muchísimo, y argumentó que todos se darían cuenta al ver mis "bondades", muy bien fundamentadas, pero muy mal avaladas por mi falta de presupuesto actual. Y tiene razón.

Este escabroso tema  tiene muchísima tela por donde cortar. Si de repente te toca esa suerte tan esquiva de hacerte con una gran suma de dinero (y hablamos de dinero bien habido, vale?) van a suceder varias cosas en tu vida. En primer lugar, nadie lo va a creer, la mayoría pensará que estás presumiendo, alardeando, "especulando" y se dedicará a criticar toda la bonanza de que venga acompañada esa tu sorpresiva abundancia, argumentando que de seguro estás metid@ en rojo con las tarjetas de crédito. Cuando el tiempo vaya pasando y tú sigas gozando del nuevo status aparecerán la envidia, los celos, la mala sombra, muchos desearán secretamente que lo pierdas todo, con la misma rapidez que lo obtuviste. Luego, si fuiste "buenito" y repartiste algunas tajadas billetudas, aunque sigan criticando las cantidades dispensadas, pasarás a la categoría de simpático, de buena gente, de personaje. De golpe y porrazo serás el non plus ultra de la sabiduría, de la cultura, de la clase, la elegancia, etc, etc,; eso aunque vengas de Chincha Coja, y a tu madre le llamaran la Macaria, allá por el Llega y Pon de dónde saliste. Poderoso caballero es don Dinero.

Lo cierto es que si te tocara en suerte una cantidad razonable de dinero, debes recordar que de la única forma que éste te hará dichoso es si lo usas para repartir felicidad; felicidad que tiene que ver con incluir a todos los hermanos que puedas incluir (valga la redundancia), no sólo a tus más cercanos, hijos, nietos, madre, padre...Dios Padre creo todos los dones de este mundo, y que yo sepa, no le entregó la administración de dichos bienes a nadie en particular, de eso nos encargamos los hombres. Pero ya que nos apropiamos de lo que debiera ser  usufructo de todos, tengamos al menos el decoro de ser simples administradores, nunca propietarios crueles, egoístas, usurpadores, con una mentalidad malsana que nos hace suponer que sólo nosotros, y nuestros hijos y nietos, somos los acreedores designados para gozar de todo aquello que el dinero puede proporcionar, que nunca será la felicidad, repito, a menos que lo utilices para hacerla extensiva a los demás. Recuerda esto cuando te saques la loto, o si te encuentras con alguna botija llena de oro, enterrada por algún pirata en épocas de barbarie, en el que ahora es tu jardín.

jueves, 21 de marzo de 2013

PRECAUCIONES INNECESARIAS

En un viaje que recientemente realizara a la ciudad de Miami tuve oportunidad de meditar acerca de lo absurdas que pueden ser algunas actitudes, posturas, sigilos y/o precauciones que nos improvisamos ante diferentes circunstancias de la vida. Por ejemplo,  reconozco que le tengo un miedo visceral a los aviones, es algo que está por encima de cualquier otro temor que haya experimentado, de ahí que cuando la aeromoza se dispone a hacer los visajes, pantomimas, mímica o como quiera que se le llame al simulacro que llevan a cabo, de lo que debiera ser nuestro modo de actuar, en caso de que se presentare cualquier situación de emergencia, yo sólo atino a rezar, ni siquiera me percato del idioma en que están hablando, tanto da que sea inglés, español o mandarín,   igual no entiendo un ápice de lo que explican, tal es mi miedo. En este viaje, para colmo de males, iba con mi nietecito de tres años, que lo primero que me espetó, desde su inocencia, y ante las primeras turbulencias que enfrentara la nave, fue: "abuela, este avión se va a caer", provocándome un erizamiento desde la puntita de los pies hasta los tuétanos, ante lo que pensé podría ser unsolemos trazar estrategias, adoptar tácticas, tomar medidas...Pero al final, las cosas son cómo debieron ser, quizás muy por encima, o por debajo de nuestras expectativas, según sean las conclusiones a las que lleguemos. En muchos casos habremos sufrido innecesariamente, o, por el contrario, nos habremos quedado cortos de astucia para enfrentar los altibajos del destino. Tal es el caso de esos momentos en que, de golpe y porrazo te ves catapultado a una situación de traición a premonición. Pero no, gracias a Dios, no se cayó. Ufffff!!!

Y qué tal que hubiera caído? De nada habrían valido cualesquiera de las precauciones que hubiéramos tomado, excepto rezar, por supuesto. Así, ante cualquier circunstancia de la vida, imprevista por parte de alguien, que además de jugar muy sucio, ha sido lo suficientemente astuto para ir siempre un paso delante de ti,  y tratar de ponerte la cosa bien difícil. Pero como dije, todo será, según deba ser.

Es que de nada le sirve al hombre ser ladino, astuto, miserable, abyecto, ante Dios. Ni siquiera poniendo en juego toda su falsa inteligencia, válida sólo para los cobardes, conseguirá desviar un ápice el camino que te tenga trazado el Creador. Lo que suceda, en relación con el entuerto, y que parezca que marcha conforme a los deseos del malo de la película, es sólo parte de la estrategia de Dios. El único final válido de la historia será el que el Señor disponga. Así que, la única postura inteligente del ser humano es entregarse a las manos amorosas de su Padre, dejarlo todo ahí, descansar en la seguridad de que El siempre se ocupa de los que ponen su esperanza y su seguridad en El. Nada más necesita el hombre, ninguna otra precaución, sólo un buen rosario, mucha confianza y Fe absoluta en aquel que todo lo puede, inclusive, incluído, incluyendo el mejor de los aterrizajes en medio del hielo de Chicago, y unas turbulencias de armas tomar.