miércoles, 29 de enero de 2014

El dilema de los cubanos II

A propósito de un pequeño artículo que escribiera, acerca del dilema de los cubanos que viven dentro o fuera de la isla, he recibido múltiples comentarios, todos dignos del mayor respeto y consideración, unos a favor de mi postura, otros, abiertamente en contra, como todo tema que genera discusión. A Dios gracias, vivimos en un país donde las personas pueden manifestarse libremente, una ventaja que no teníamos en la Cuba de los castrosaurios, y que nos suponía cárcel , en tanto dichas opiniones no versaran a favor del régimen totalitario que allí impera.Qué gran diferencia, señores!! Qué maravilla poder decir lo que se piensa, lo que se siente, lo que se cree!! Hasta Dios, Nuestro Padre y Señor, que podría habernos impuesto su culto, fue capaz de regalarnos lo más preciado, el libre albedrío, para que fuéramos capaces de decidir lo que queremos para nuestras vidas; entonces, viene un dictadorcillo cualquiera y nos convierte en masa bovina, en esclavos...Y todavía hay personas que no ven claro, que se conforman, que comulgan, que se sienten agradecidas por los "regalos" del régimen. Ver para creer.

Trato de ponerme en los zapatos de mis compatriotas que se sienten más o menos felices en Cuba. Sé que para muchos el amor patrio es tan poderoso, que no ven más allá de éste, y que ese amor tiene que ver mucho con la familia, más que con el suelo. Cuba es Cuba, aunque sea esclava, y en tanto me permitan ingerir algunos alimentos, asistir gratuitamente a hospitales y policlínicos que se caen de pura suciedad, comprar baratos medicamentos inexistentes, obtener títulos cada vez más castrados y de menor rigor científico, y, finalmente, tener una caja de pino y un pedacito de tierra donde ser enterrados, me siento mejor que en esos otros lugares donde la libertad cuesta tan cara, donde no hay gratuidades entre comillas, como las de Cuba, y donde hay que dejarse la piel para vivir honradamente. Siempre poniéndome en los zapatos de esos hermanos, medito acerca de la posibilidad de integrarme al ovejuno concierto, pero entonces, inevitablemente acuden a mi mente ciertas preguntas: ¿Puede vivir dignamente una persona en Cuba, incluso haciendo dejación de su derecho más sagrado, que es el disfrute de la libertad, si no tiene la ayudita, la remesita en dólares o euros? ¿Se puede montar algún negocito allá con el dinero que se gana producto del trabajo? ¿Será posible tener garantía absoluta de que  un día, después que hayas montado el negocito de marras y estés empezando a obtener los dividendos por el mismo, no vendrán a quitártelo, alegando enriquecimiento ilícito?

Particularmente, repito, particularmente, en mi opinión (v.r) prefiero vivir como se debe, ante todo, en libertad, con los sacrificios que implica, y luego morir satisfecha, aunque mi familia tenga que elegir cremarme, por ser más barato el servicio, o echarme al vertedero municipal, si fuere el caso que no hubiere el necesario cash, que morir cada día  en la ignominia, la esclavitud, la falta de derechos, como clown, que ríe siempre, o robot, manejado a distancia por el castrocomunismo y todo lo que él implica. A la postre, eso no es vida, es cualquier cosa, menos vida, es muerte, oscuridad y agonía eterna.Definitivamente, no, no quiero eso para mí.

lunes, 27 de enero de 2014

El dilema cubano

Hace unas noches volví a ver el filme cubano "Lista de espera", cortesía de youtube. En ese momento estaba desvelada, y la película sólo hizo más prolongado mi insomnio. Confieso que terminé de verla con la piel erizada y los cabellos de punta, porque para mí ya pasaron casi 14 años desde que esas vivencias fueran mi pan de cada día, y ya se sabe que los seres humanos piensan como viven. Mi involuntario desvelo me puso a meditar  acerca de la tendencia que tenemos, los que en el exilio vivimos, de quejarnos constantemente por lo mucho que hay que trabajar por estos lares, y que, de haber tenido la oportunidad de saber con anterioridad, cómo era esto, jamás habríamos renunciado al "vegetar", que es el modo de vida en Cuba, todo con tal de no trabajar tan duramente como aquí se hace.

Y es cierto. Para las personas que llegamos a Estados Unidos, sin importar cuántos títulos tengamos, al no dominar el idioma, las cosas se ponen  "pelúas", hay que trabajar tan duramente, sobre todo en las factorías, donde no se conoce la palabra misericordia, y de las cuales salen las personas hechas guiñapos, al cabo de 20 ó 30 años de trabajo, que a cualquiera se le salen los suspiros por ese pasado, sentados a la vera del portal, viendo a ver que cae del cielo, o más exactamente de las remesas que (no todos) tenemos la suerte de recibir de aquellos parientes que están "comiéndose un cable" allende los mares, y que nos pemiten obtener lo suficiente para seguir vegetando. Y así, un día tras otro... El eterno "ser o no ser, esa es la cuestión", cuando de dirimir qué es mejor se trata: trabajar como bestias, o vegetar como parásitos?

Particularmente, repito, particularmente, en mi opinión (v.r), sólo le pido a Dios me dé salud para trabajar en lo que sea, limpiando pisos, cuidando enfermos, en factorías, lavando platos. No me importa en absoluto haber perdido buena parte de mi vida estudiando, y que ahora de nada me sirvan mis conocimientos. Quiero vivir dignamente, honradamente, esforzándome cada minuto de mi vida para ayudar, y no para que me ayuden, quiero irme bien cansada a la tumba, así será más placentero el yacer eterno. No quiero para mí las tremendas vicisitudes que viven mis queridos hermanos en Cuba, aunque eso signifique vacaciones eternas (ya se sabe que en Cuba no se trabaja, se "bisnea", se resuelve, se negocia, o simplemente se vive de los que acá estamos). Creo que es cuestión de actitud ante la vida, de si prefieres vivir a plenitud, con todo el esfuerzo que ello implica, o si deseas morir un poco cada día, sin alicientes, sin esperanzas, sin libertad, con tal de no esforzarte."To be or not to be, that´s the question". A mí, que me entierren, o esparzan mis cenizas frente a la Ermita de La Caridad, en Miami, en Los Grandes Lagos, en el Cañón del Colorado, en el Missisipi o en los canales que pasan por Hialeah...Mientras que sea en USA, para mí vale todo.




sábado, 4 de enero de 2014

II corto

Apareció
a la vera de mi calle
enfundado en sus pieles
de nácar y armiño,
lleno de misterio,
de majestad,
de supremacía;
y me envolvió
de modo tal
con su aliento
de hielo
que quedé hechizada,
temblando a sus pies,
congelada...

Preludio

Mientras titubeo
recorro con los ojos,
con las manos y los sentidos
 el espacio
de tu piel de perlas,
te miro a los ojos,
me quedo en los labios
me quedaría para siempre,
olvidaría cada ofensa,
cada infidelidad, todo el
 desamor de tus ojos;
y aprecio tu entorno,
forjado en la divinidad,
con toques de incienso
por el pincel de las estrellas,
me acobardo, me abandono;
no te merezco, Hércules,
soy tan humana!!
Mas me atrevo, te acaricio,
te mimo, te requiebro,
te moldeo, con mis manos
que se vuelven seda
cuando están contigo;
con los nervios, con ardor,
con la mente.

Entonces me entrego,
ya sin titubeos...