domingo, 24 de noviembre de 2019

Bailamos?

Hoy escuché por cuarta o quinta vez la prédica 634 del pastor Dante Gebel (Youtube, Dante Gebel #634) porque, aunque todo lo que él nos trasmite es de mucho valor, hay algunas alocuciones que van más allá de cualquier enseñanza común, cotidiana, son lo que podemos catalogar de extraordinarias, fascinantes, sumamente enriquecedoras. Y esta, que lleva por título "Bailamos?", es una de ellas. Dante comienza haciendo un recuento del pasaje bíblico en el que se narra como el rey David se ve precisado a dejar el Arca de la Alianza en manos de un granjero llamado Betedón, para que se la guardara hasta que el pudiera regresar por ella con el debido protocolo. En los meses que el Arca permanece en casa del campesino, este experimenta un crecimiento descomunal en sus ganancias,en todo lo que constituyr su patrimonio económico, y, por supuesto, todos saben que ello se debe al tesoro inigualable que este guarda bajo su techo. Por ello, cuando David regresa por la prebenda del pueblo de Israel, experimenta un regocijo sin límites, al poder, por fin, mantener a buen recaudo la que a todas luces era la presencia del mismo Dios entre sus fieles. Y devoto por encima de todo como era, y experimentando una alegría más allá de toda comparación, se despoja de toda su indumentaria real, la lanza por la ventana, queda en calzones, y comienza a bailar y a adorar al Señor frente a la muchedumbre, recibiendo por ello la reprimenda de su esposa, que no concibe ver al rey en prendas íntimas ante sus súbditos, alabando y adorando a Dios. Mas él, sin pizca  de duda, le responde a esta que él alabará a Dios como le parezca,  que por algo Dios lo escogió a él, y no a ningún miembro de la familia de ella para ser el rey de Israel. y que "se regocijará y humillará aún más en la presencia del Señor". Wow!

Cuántas veces sigue pasando lo mismo! Y cuánto valor necesitamos para despojarnos de toda superficialidad que nos impida adorar a Nuestro Dios tal y como queremos, y no como la mayoría cree que debes hacerlo, , esto es con moderación, recato, ojos bajos y alma fría. Sucede que si te dejas llevar por la emoción de tu encuentro con el Señor, y bailas, y cantas, y te muestras feliz, enseguida viene alguien y te dice que estás estorbando el paso de otro que quiere pasar justo por donde tú te has entregado al placer de la alabanza, o te miran con cara de "diarrhea forever", ajusticiándote en la mirada de reconvención que te dirigen, o riendo burlonamente, con expresión de "qué ridícula que eres", y otros, menos crueles, te observan conmiserativos mientras piensan " qué pena de señora tan loquita", etc, etc. La mayoría de estas persona tienen el autoestima por los suelos, viven de las apariencias, del qué dirán, de lo que piensan los demás. Y, como dice D.G. caen en depresión total si aumentaron de peso, si caen en bancarrota, si perdieron un trabajo, porque su estima dependía de estos factores externos, y ya no desean alabar, adorar al Señor porque su fe estaba cimentada sobre falsos baluartes, sobre lodo, y no sobre roca. Y acerca de alabanza verdadera sobre estima verdadera sí que puede impartirnos cátedra el rey David, que impide que le adoren a él como el gran triunfador, y desvía estas alabanzas hacia el verdadero protagonista de todo: nuestro Dios .Wow!

Tenemos que aprender a vivir en la diversidad, pero respetando ante todo nuestra identidad. Y para aquellos que amamos al Señor por encima de todo, nada pueden significar las miradas llenas de desaprobación de los demás. Nuestro Jesús, nuestro León de Judá, como sigue diciendo D.G, era extravagante, tocaba a los leprosos, sanaba los sábados, perdonaba a las adúlteras, lavaba los pies de los discípulos, volcaba las mesas en el templo, hablaba con samaritanos, tenía fiestas con recaudadores de impuestos, ofendía a los fariseos...Jesús no tomaba en cuenta las miradas llenas de reprobación de los hipócritas, El actuaba según su misericordia, según los deseos de su Padre,  según su plan de hacer valer el amor por encima de todo. Y adorar al Señor como nos pida nuestra devoción es la sesión de poesía en la que cobra fuerzas nuestro espíritu para seguir actuando en consonancia con aquello que experimenta nuestro corazón, y de lo que se nutre nuestro cuerpo, cansado de tanta materialidad, de tanta hipocresía y falta de norte verdadero. Así que, no olvides celebrar esa fiesta íntima de alabanza a tu Señor, tal y como lo prefieras, sin que medien la falta de criterio propio, la aprobación de este o aquel y, en resumen, la falsa identidad que quieran imponerte. 



  

viernes, 22 de noviembre de 2019

Alex Otaola (corregido)


VIERNES, 22 DE NOVIEMBRE DE 2019.
Alex Otaola.
Por Maritza Gómez Cruz.
Hasta dónde puede llegar el asco castrocomunista de los amos de Cuba y sus acólitos, dentro y fuera de la isla, es un enigma sucio, despreciable y de alcances inimaginables para todos los que aún nos asombramos de sus estratagemas, a pesar de lo repetido de estas. No es secreto para nadie la fiereza, la crueldad y la tenacidad con que suelen abalanzarse sobre sus víctimas las huestes comunistas de cualquier país en que esta desgracia descomunal se haya afianzado, para clavar sus garras cada vez con más saña, con el único objetivo de perpetuarse en el poder, a pesar de haber demostrado hasta el cansancio su ineficacia, su desfachatez y falta de perspectivas. Casi todos los cubanos, de un modo u otro, hemos sufrido en carne propia estos ataques, cada vez que ellos piensan que la persona en cuestión representa una amenza a sus afanes totalitarios y sus deseos de mantenerse, a como dé lugar, rigiendo los destinos miserables de todo un pueblo de esclavos, para anularle, destruirle, desaparecerle, si fuera necesario, todo, como ya dijimos,con fines mezquinos, alucinantemente surrealistas y malvados.
Los que vivimos, gracias a Dios, en Estados Unidos y otros lugares de la diáspora, estamos experimentando la tremenda dicha de que nos haya salido un Moisés, un David, un José Martí, un hombre, aparentemente frágil, pero lleno de fuego, de fuerza, de valor. Un hombre que, (tal como dijera Martí: "cuando hay muchos hombres sin verguenza, ni decoro, uno tiene la verguenza y el decoro de muchos") tiene el suficiente coraje de desafiar al regimen maldito, de llamar a todos a la unidad por una Cuba libre, a un cambio ya. Ese hombre es Alexander Otaola, que desde su plataforma digital enciende, día a día, la conciencia de todos nosotros y nos llama a luchar pacíficamente para lograrlo. Y claro, la dictadura está amedrentada, siente que por primera vez se le están yendo las cosas de las manos, y ha movilizado a todos sus peones, entre los que se encuentran muchos reguetoneros, para que estos lancen acusaciones e improperios de todo tipo contra Otaola, con el objetivo de destruir el crédito, la confianza y la perseverencia de Alex, con el objetivo de hacerlo vacilar, de hacerle desistir, con el objetivo de destruirlo, que es su táctica más usual...Son los estertores de un régimen que huele a carroña.
Alex, este mensaje es para ti. De seguro conoces el pasaje bíblico en que el pueblo de Israel libraba una batalla contra un ejército mucho mayor en número que ellos. Moisés, desde un montículo, oraba sin parar, con los brazos en alto; y mientras él oraba los hebreos iban ganando. Sin embargo, cuando el cansancio hacía presa de él y bajaba los brazos, la situación cambiaba, y comenzaban a perder. Entonces, dos de los hombres del ejército hebreo, al percatarse de la situación, se acercaron a Moisés, y cada uno de ellos tomó un brazo de este y se lo mantuvo en alto para que siguiera orando, y de ese modo, ganaron la batalla.No desfallezcas Alex, por fuertes que soplen los vientos, por duras que sean las palabras de tanto patán vulgar y vendido al régimen que pulula por estos lares, por más que intenten desacreditarte inventando todo tipo de falacias, por más veneno que viertan en cada lugar que se lo permitan, aquí estamos nosotros, tus seguidores, tus fans, las personas a las que aún nos queda verguenza y decoro para al menos levantar la voz y luchar con las armas del presente, que no son las de la violencia y el terror, que son las de las conciencias despertando de este letargo terrible en que hemos estado sumidos, y del que tú, sí, tú, nuestro líder natural que predica con el ejemplo, eres el protagonista. Nosotros mantendremos tus brazos en alto, si acaso flaquearas producto del natural cansancio, y entre todos lograremos el tan anhelado sueño de ver a nuestra patria libre y a nuestras familias, que allá mueren un poquito cada día, por falta de hasta lo más esencial, finalmente felices. Gracias, Alexander Otaola, gracias por restituirnos el honor como pueblo, la decencia patriótica y el orgullo de la dignidad. Dios te Bendiga mucho, siempre!!

Alex Otaola

Hasta dónde puede llegar el asco castrocomunista de los amos de Cuba y sus acólitos, dentro y fuera de la isla, es un enigma sucio, despreciable y de alcances inimaginables  para todos los que aún nos asombramos de sus estratagemas, a pesar de lo repetido de estas. No es secreto para nadie la fiereza, la crueldad y la tenacidad con que suelen abalanzarse sobre sus víctimas las huestes comunistas de cualquier país en que esta desgracia descomunal se haya afianzado, para clavar sus garras cada vez con más saña, con el único objetivo de perpetuarse en el poder, a pesar de haber demostrado hasta el cansancio su ineficacia, su desfachatez y falta de perspectivas. Casi todos los cubanos, de un modo u otro, hemos sufrido en carne propia estos ataques, cada vez que ellos piensan que la persona en cuestión representa una amenza a sus afanes totalitarios y sus deseos de mantenerse, a como dé lugar, rigiendo los destinos miserables de todo un pueblo de esclavos, para anularle, destruirle, desaparecerle, si fuera necesario, todo, como ya dijimos,con fines mezquinos, alucinantemente surrealistas y malvados.

Los que vivimos, gracias a Dios, en Estados Unidos y otros lugares de la diáspora, estamos experimentando la tremenda dicha de que nos haya salido un Moisés, un David, un José Martí, un hombre, aparentemente frágil, pero lleno de fuego, de fuerza, de valor. Un hombre que, (tal como dijera Martí: "cuando hay muchos hombres sin verguenza, ni decoro, uno tiene la verguenza y el decoro de muchos") tiene el suficiente coraje de desafiar al regimen maldito, de llamar a todos a la unidad por una Cuba libre, a un cambio ya. Ese hombre es Alexander Otaola, que desde su plataforma digital enciende, día a día, la conciencia de todos nosotros y nos llama a luchar pacíficamente para lograrlo. Y claro, la dictadura está amedrentada, siente que por primera vez se le están yendo las cosas de las manos, y ha movilizado a todos sus peones, entre los que se encuentran muchos reguetoneros, para que estos lancen acusaciones e improperios de todo tipo contra Otaola, con el objetivo de destruir el crédito, la confianza y la perseverencia de Alex, con el objetivo de hacerlo vacilar, de hacerle desistir, con el objetivo de destruirlo, que es su táctica más usual...Son los estertores de un régimen que huele a carroña.

Alex, este mensaje es para ti. De seguro conoces el pasaje bíblico en que el pueblo de Israel libraba una batalla contra un ejército mucho mayor en número que ellos. Moisés, desde un montículo, oraba sin parar, con los brazos en alto; y mientras él oraba los hebreos iban ganando. Sin embargo, cuando el cansancio hacía presa de él y bajaba los brazos, la situación cambiaba, y comenzaban a perder. Entonces, dos de los hombres del ejército hebreo, al percatarse de la situación, se acercaron a Moisés, y cada uno de ellos tomó un brazo de este y se lo mantuvo en alto para que siguiera orando, y de ese modo, ganaron la batalla.No desfallezcas Alex, por fuertes que soplen los vientos, por duras que sean las palabras de tanto patán vulgar y vendido al régimen que pulula por estos lares, por más que intenten desacreditarte inventando todo tipo de falacias, por más veneno que viertan en cada lugar que se lo permitan, aquí estamos nosotros, tus seguidores, tus fans, las personas a las que aún nos queda verguenza y decoro para al menos levantar la voz y luchar con las armas del presente, que no son las de la violencia y el terror, que son las de las  conciencias despertando de este letargo terrible en que hemos estado sumidos, y del  que tú, sí, tú, nuestro líder natural que predica con el ejemplo, eres el protagonista. Nosotros mantendremos tus brazos en alto, si acaso flaquearas producto del natural cansancio, y entre todos lograremos el tan anhelado sueño de ver a nuestra patria libre y a nuestras familias, que allá mueren un poquito cada día, por falta de hasta lo más esencial, finalmente felices. Gracias, Alexander Otaola, gracias por restituirnos el honor, la verguenza y el decoro. Dios te Bendiga mucho, siempre!!

domingo, 3 de noviembre de 2019

Quítate tú, pa' ponerme yo.

Los males que aquejan a nuestra humana decadencia, de tan repetidos ya comienzan a ser de una redundancia aburrida y mareante. Cabría suponer que, en la medida en que avanzan nuestros conocimientos producto de la alta tecnología a nuestra disposición, del mismo modo avanzamos en valores, en criterios sólidos, en mecanismos para paliar esos males con que vinimos en el paquete, de los cuales  ya se conocen su génesis, sus raíces, sus secuelas, y también sus remedios, de ahí que cada quien debiera preocuparse por ponerle coto a sus miserias, en la medida de lo posible, y con los recursos que vamos teniendo a mano. Pero no. La realidad es que, en una mayoría de casos, nos dedicamos a darle alimento del mejor género a la envidia, a los celos, a la ira, a la vanidad, al egoísmo, al ego desmedido, a la ironía malsana, a la crítica destructiva, a la maldad desproporcionada.

. He aprendido, con el decursar de los años y la sabiduría que te proporcionan los golpes, que tienes que hacer un análisis diario de tus acciones, tienes que llevarlas al microscopio de la conciencia y desmenuzarlas, contemplarlas, juzgarlas y extraerles lo positivo y lo negativo que hay en ellas. Sólo con ese examen diario puedes ir creciendo, al menos un poquito, si te descuidas lo más mínimo, hacen presa de ti, y te convierten en aquello que no quieres ser y terminas siendo: un remedo de ser humano creído, egocéntrico, celoso, envidioso, egoista y destructivo.  

Reconozco que ciertas actitudes me devastan, unas más que otras, y el egoísmo es una de ellas. Muchas personas van por la vida sin percatarse de lo mucho que lo son, creo yo que suponen ser una suerte de ombligo del mundo ante el cual todos debemos inclinarnos, y al que debemos servir sin objeciones. Para estas personas lo que cuenta son sus intereses personales, sus deseos personales, sus necesidades y objetivos personales, sus planes, sus "derechos" sin deberes, su mezquindad, su ego pasado por agua, su desmedida ambición. Y ahí mismo tenemos servido el partido del quítate tú, pa' ponerme yo, que me toca, porque sí, porque quiero, porque es mi voluntad, y porque yo soy primero, y todo lo mío es primero, pésele a quien le pese, gústele a quien le guste. Para nada cuentan las necesidades del otro, los deseos del otro, los planes del otro, los sueños del otro...No para los egoístas.

Cuídado, Dios nos observa, nos evalúa y nos hará rendir, tarde o temprano,  exámenes. Y entonces, cuáles serán nuestros argumentos de defensa?