domingo, 11 de noviembre de 2012

Ae, ae, ae, la chambelona...

A propósito de las recientes elecciones que tuvieron lugar en EUA, hubo una movida fenomenal por todos los medios de comunicación-que son muchos- llena de improperios, de críticas, de denuestos, de saetas, puyas y todos sus otros derivados, a través de la cual cada simpatizante de uno u otro partido pretendió establecer su criterio como concluyente, único verídico, acertado y políticamente correcto. Casi todas las discusiones terminaron en agresiones personales porque, a pesar de que nos cansamos de cacarear que somos amantes de la democracia y la libertad, lo cierto es que preferimos escucharnos a nosotros mismos y a los que opinan igual que nosostros, y al resto de los mortales que se los lleve quién los trajo con sus ideas arcaicas y equivocadas. Tengo una amiga, a la quiero mucho, que llegó a catalogar mis comentarios de "asqueantes", sólo porque no coincido con su opinión, y yo misma me pasé un poco con otro adversario político, hasta que la cordura retornó a su lugar de siempre, recogí mis redes y tomé las de Villadiego.

Cómo saber quién tiene la razón? No creo que  la verdad sea absoluta, hay razones en ambos partidos, y equivocaciones también. Muy personalmente, opino que hay personas más proclives a la "dolcce vitta" que otras; y en la acera contraria, hay personas que entienden que sólo el trabajo y el esfuerzo personal les proporcionarán la verdadera bonanza. Es natural, pues, que ambas formas de ver la vida de ensarcen en disputas sin fin, y que cada uno de ellos, según su forma de pensar, opte por el partido y las promesas que más convienen a sus objetivos personales.Es bien difícil ser objetivo por naturaleza, y si a ello le añadimos el factor "egoísmo", cada vez más marcado y desafiante de la sociedad de consumo, listo está el caldo para el peor arroz con mangos de la historia.

Lo cierto es que la mayoría de las personas no está pensando en el futuro de nadie, sino en su propio presente. Si tengo a mano un presidente que defiende la vida muelle, la inmoralidad, el desenfreno y todo lo que implique comodidad, ese es el que me conviene porque de ese modo viviré a mi aire mi tiempo presente, en tanto el futuro, del que ya no seré parte, se va a la mierda, sin importar que ese futuro sin perspectivas y caótico sea el tiempo de los que digo amar: mis hijos, mi descendencia...Por otra parte, puede haber egoísmo también en los que mucho tienen porque mucho han trabajado, y no quieren que, en modo alguno, su bonanza sea repartida entre los que no se esfuerzan como ellos lo hicieron. De ese modo, nadie afloja en su "tira y jala", y por eso mismo termina implantada en el poder la forma de egoísmo que más simpatizantes tenga, y, lamentablemente, casi siempre es la peor de las opciones, no porque sea contraria a las opiniones de quién esto escribe, sino porque es la que apaga el motor impulsor que hizo grande a la humanidad y especialmente a esta  nación, el de la creatividad, el del esfuerzo, el del trabajo. Finalmente, el gran ganador, ya sea uno u otro partido, es el egoísmo que nos aleja de Dios y de su propuesta de vida. De modo que,  si la humanidad no se plantea con seriedad la forma de vida en su incursionar por este valle de lágrimas, de risas, de esfuerzo y de guateque , será inevitable su fin, cuando hayamos agotado hasta la última partícula de nuestros recursos, sin buscarle solución a los retos de nuestro agobiado planeta, "comiendo helados y viendo telenovelas", según el decir de un hermano, totalmente ajenos al mañana de los otros.

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