Es mi linda Valeria un cocuyito
de sonrisa despejada cual espejo
de tiernos brotes poblado el entrecejo
hecho de luna su cuerpo pequeñito
Llena de arpegio, de mimos, cual gatito,
hay en su ternura de infante tal complejo
de voces, y de risas, de manitos
símbolos todos de vida y de gracejo.
Y tiene en su mirada dos brillantes
más lindos que diamantes y luceros
con que se adorna su belleza pujante
que se prende cual chispa en un yesquero
si se enoja su voz, cuarto aún menguante,
del que será su carácter venidero.
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