sábado, 12 de septiembre de 2015

Para un José que amo

Bendita la soledad
que me arropa día día
y bendita el alma mía
por tan suprema verdad.

Bendita la libertad
que ni en mis sueños tenía,
pues preso de la maldad,
de un hombre, me mantenía

Y aunque un día como hoy,
sienta tristeza en el alma,
sé que preso de la calma,
estuve, estaré y estoy

Ahora ya digo "yo soy"
sin experimentar alarma,
ahora ya tengo una palma,
ahora soy yo quien les doy

Y es que un día como hoy,
con soledad, o sin ella,
he visto ríos de estrellas
danzando a mi alrededor.

Viva pues, tristeza mía,
que de soledad me empañas,
porque sólo en tus entrañas,
sentí que en verdad nacía

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