sábado, 20 de abril de 2013

Asombro párvulo


Por qué me etiquetas?
Qué sabes de mí?
Qué te contaron?
Lo diste por cierto?
Por qué?
Qué razones te asisten?
Acaso no recuerdas
cuando también erraste?
No te vienen a la mente
mis múltiples abrazos,
mis besos, mi comprensión toda?
Por qué me etiquetas?
Qué te contaron?
Por qué le diste crédito
al rayo que mata?
a la cobra que vive
entre saliva?
a la furia de las
calumnias?
Por qué ?
Será que no merecías
mi amor sin límites,
la osadía de mi amparo,
ni el hueco de mi brazo?
Aún no lo creo, no me resigno,
pero escojo seguir amándote


 

Lirio tallado

Ya no presume,
ni se dilata,
ni se quiebra,
ni se esfuma.
No se corrompe,
no dramatiza,
no llora, no ríe,
no comparte
ni se esfuerza.
Ya no existe,
no vive,
ni divaga,
ni se tuerce.
sólo  pulula,
invisible,
sólo siente,
el corazón dividido
y las lágrimas pesadas,
desmenuzada, entregada
amando...y amando...














PARADOJAS DEL EXILIO

Cuando aún vivía en Cuba, había algo que me llamaba poderosamente la atención, en relación con las personas que viajaban desde USA para visitar a sus familiares en el país. Cuando uno está allá, pasando por las precariedades archiconocidas por las que pasamos, ver a una persona llegada desde Estados Unidos es como ver a alguien que viajó desde un particular paraíso hasta un infierno demoledor, nos parecen seres de otro mundo, llenos de privilegios, algunos reales, otros producto de nuestra imaginación, pero igualmente deseados por los que sólo los entreveíamos  a través de la cortina de hierro. Por eso, era particularmente curioso para mí percatarme que a ninguno se le veía realmente feliz, todos, sin excepción lucían cansados y frustrados; yo se lo achacaba al impacto que producía en ellos la infeliz situación de nuestra islita, pero guardé en mi mente esa vivencia, y cuando a mi vez pude vivir el exilio fue  que comprendí en qué radicaba el misterio.
Los que emigramos desde Cuba nos dividimos en dos grandes grupos: los que salimos por razones políticas y los que lo hacen por razones económicas. Los primeros dejan de ser infelices en cuanto salen de las fronteras cubanas y respiran aires de libertad; los segundos, no tanto. Cuando se está en Cuba, lo único que se piensa es en escapar, apelamos a uno u otro pariente para que nos ayude a salir, hacemos todo tipo de promesas, que a lo más en un año le liquidaremos la deuda en que hayamos incurrido, que trabajaremos día y noche a tal fin, que nos ayuden en la salida y todo lo demás lo resolvemos nosotros...pero una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero...En cuanto llegamos a tierras de libertad y nos percatamos in situ de que no basta con remover una piedra para que salgan los billetes, sino que hay que luchar muy duro, durísimo, de un modo al que no estábamos acostumbrados en Cuba, que es un país en quiebra económica total y donde se suele medrar, vegetar, nunca vivir, y por ende no hay que trabajar mucho, ahí mismo empiezan las quejas del tipo "vine a cumplir el sueño americano porque casi no duermo, me las paso trabajando" "esta no es la yuma, es la llama", etc, etc. Y cuando pasa el año y vemos que hemos podido pagar muy poco de la deuda, que todo se vuelves biles y mas viles, que estamos cansadísimos de tanto trabajar y aún no hemos siquiera empezado a "verla pasar, entonces es que se acrecientan las quejas: " ni sé para qué vine, en Cuba no tenía nada, pero no tenía que trabajar tanto, y de la casa no me botaban por falta de pago porque era mía, además de que podía ir al médico cada vez que quisiera, bla bla bla". Esta es la primera etapa del exiliado cubano, el exiliado económico, y en menor escala, el exiliado político.
Luego viene el viajecito a Cuba, con cara frustrada, cansada, listos para convencerse de que no debieron irse a "pasar tantos trabajos",  a pasar unos días con los parientes que allá quedaron. Ahí comienzan  las consabidas comparaciones. Todos nos miran como si vieran a personas de otro planeta,  nos halagan y alaban, que si estamos tan jóvenes, que si nos vemos tan rozagantes, que los años no pasan por nosotros; miran con mal disimulada ansiedad nuestras ropas, accesorios y bienes materiales de todo tipo. Nosotros, a nuestra vez, lo vemos todo tan feo y acabado que nos parte el corazón, tratamos de que nuestros familiares pasen unos días felices, disfrutando de aquello a lo que no tienen acceso por falta de moneda convertible, pero con unas ganas locas de volvernos a nuestra cotidianidad de fachadas pintadas, de edificios modernos y confortables, de un simple baño público en el que haya papel sanitario, es decir, con unas ganas locas de volver a vivir una vida digna, ganada, sí, con mucho sudor de la frente, pero llena de respeto por lo que es o debe ser la verdadera existencia de cada ser humano, creado a imagen y semejanza del mismísimo Dios.  

sábado, 13 de abril de 2013

Azares

             I
La belleza del silencio
preña de magia y sueño
los atardeceres,
la melancolía tiñe de magenta
 el reencuentro entre
la noche y el día,
la pátina y el sortilegio
entre dos luces ambiguas
son los precursores, los causantes,
la excusa perfecta de azares y mitos
de que se renueva, por siempre
el amor.

       II
Adónde irán
los sollozos,
las disculpas
sin respuesta,
el amor de uno,
y la soledad
de todo?
Podrán algún
día encontrar,
en esa paradoja
del sinsentido
su karma, su sino,
su lamento final?
Lo sabremos?
Acaso el misterio,
(el hilo de Ariadna)
será develado?

    III
El amor mío
no era el más grande.
Estaba plagado de sombras
de dudas, de resquemores,
de incomprensión y vivencias,
de inexperiencia,
de celos, de deseos inconfesos...
Pero el amor
tiene una cláusula, única,
de perfección, de inmunidad
está hecho de eternidad , resiste
cualquier desperfecto;
y el mío se mantuvo
a la altura durante mucho tiempo
Sólo desapareció,se volatilizó,
se fue, cual guerrero que pierde una batalla
cuando lo ganó el olvido...

          IV
Voy a guardar tu corazón
junto al mío.
Me lo han traído repleto
de hojarasca.
Andaba por ahí,
de la mano de cualquiera,
le mataron el brillo,
el valor, la dulzura y la fe;
se prostituyó en la presencia
del amor insano; así perdió
el calor, la capacidad de amar.
Pero yo lo cobijaré, y, quizás,
el exceso de fuego que hay
en el mío,encienda la llamarada,
y puede que en sus rescoldos
 se prendan las ruinas del tuyo.

    

viernes, 5 de abril de 2013

Estéril caída

Arrastraré mi karma
en pos de mí, como si
 de una carga se tratara,
navegaré a puntos distantes,
con él a cuestas,
lo llevaré conmigo
a todos los confines
del ensueño y la paradoja.
Y cuando ya no pueda
alojarlo, en el tiempo
sin tiempo de las desventuras,
de los desacuerdos e incomprensiones,
lo lanzaré por la cuesta sin fondo
del cansancio, de la rendición
de las estériles caídas
de los que renuncian a aquello
que sabían perdido, y ya para
entonces es sólo la exclusiva
de un periódico amarillento,
sin letras...

Dejavu

Habían venido desde todos los confines para ver agonizar al monstruo. Les parecía imposible que, finalmente, estuviera sucumbiendo: había estado tantos años ahí...que parecía inmune a la muerte. Y ahora esto, de pronto...El monstruo se moría, no podía mover ni uno sólo de sus potentes atributos, permanecía echado en la ladera del montecito, a la entrada del pueblo. Los niños se habían hecho con varas largas y puntiagudas, y se daban al placer de mortificarlo. El sólo lanzaba miradas apagadas, muchos pensaban que ya ni sabía quién era ni dónde estaba. La gente se había reunido en los alrededores, hacían picnics, se tomaban fotos cerca del moribundo, y hasta habían aparecido por allí los eternos vendedores de todo lo consumible, esperando a que estirara la pata el saurio, para cortar pedacitos de su cuero rugoso para  hacer llaveritos y comercializarlos como recuerdo del tan esperado momento. Nadie se percataba, en medio de la algarabía de locos que, a pesar de toda su quietud, el monstruo intentaba algo, leves estertores de sus ojos cansados delataban su postrer objetivo. Ninguno de los presentes observó que, en el momento del último suspiro de la bestia, un huevo, no muy grande rodó ladera abajo, blanco al sol, activo, desafiante y hermoso. Tampoco vieron a la criatura que, escondida de todos tras los matorrales, salió del mismo, esponjándose, aireándose, con el lago por tocador. Era una bellísima criatura sonriente que se introdujo en medio de los pobladores como si nada, opinando, dando consejos, sirviendo de apoyo, caritativa, servicial.
 Al anochecer, la población en masa votó por ella para ocupar el alto rango, vacante por la muerte del monstruo tirano.