Para ya de cantarnos las culpas,
no te ensañes así con los demás,
serás acaso tú, Santo Tomás,
y no entiendes de razones ni disculpas?
Acaso piensas que si así te burlas-
santurrón al fin y al cabo- lograrás,
admiración, elogios y alabanzas de más,
para el discurso que remedas y hurtas?
No seas tan ruin, tan cobarde y tan rastrero,
no eres mas que un cretino y un rufián,
un pendejo que saqué yo de un trastero
un inútil, un don nadie, un truhán,
nos has podido convertirte en compañero,
vete de aquí para siempre, charlatán